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Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

The New Normal…

"Una nueva normalidad debe necesariamente ser nueva. En tal sentido tenemos que estar dispuestos a construirla y no esperar a que llegue, porque sola no va a llegar".

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Guillermo Bilancio es Profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibañez. Consultor en Alta Dirección

Se puso de moda. Hablar de una nueva normalidad se transformó en tendencia cuándo en realidad ya se puso vieja.

A fines de los 90, Roger Mc Namee, un experto en TI que en aquellos años de esplendor de la burbuja tecnológica comenzaba a plantear una “era normal”, marcada por la intensidad de la tecnología informática y su impacto sistémico en la vida, los hábitos y el relacionamiento de las personas, empresas e instituciones. Casi como cuándo Hanna & Barbera nos plantearon el mundo perfecto de Los Supersónicos viviendo un futuro de Inteligencia Artificial.

Hoy, la profunda crisis sanitaria parece que ha provocado, más allá de gravedad inmediata del impacto en las personas y en las empresas, la creación de un horizonte futuro incierto a lo que llamaron la nueva normalidad.

Detrás de cada crisis, tal como también sucedió en el estallido de octubre, se habla de una nueva normalidad, la que tiene diferentes perspectivas desde lo político, económico, social, tecnológico y ecológico. Hoy, el efecto del caos sanitario impacta sistémicamente en los diferentes factores del contexto.

Los políticos plantean escenarios que van desde el fin del capitalismo, pasando por un nuevo autoritarismo y hasta por un fortalecimiento del capitalismo. Un vaivén.

Los economistas hablan de recesión, la mayor en un siglo. Esto genera un quiebre en los sistemas económicos reinantes y un regreso a un posible Estado más presente y hasta protector.

Desde los social, los pobres serán más pobres. El desempleo será creciente entre los menos preparados para una nueva era. El consumo será mas esencial y hasta algunos se atreven a plantear el fin del lujo, aunque tal vez el lujo y el estatus sea ser esencial. Ahora si, todo en un entorno on line. Ninguna novedad.

En ese punto la tecnología se presenta, supuestamente, como la gran estrella generando confusión sobre si el cambio de comportamiento en el consumo es un cambio hacia lo digital, o hacia las motivaciones y carencias. Será importante remarcar claramente que la tecnología es instrumental y que el consumo tiene que ver directamente con deseos y carencias. Coca Cola seguirá siendo la felicidad, más allá de lo digital.

El factor ecológico cobra relevancia en momentos de crisis. En ese punto todos se vuelven discursivamente sustentables, críticos de la distribución de la riqueza y del daño al planeta. Pero sólo parece en tiempos de crisis.
Pero lo que tenemos que entender como nueva normalidad, no son las predicciones sino una nueva normalidad que se construye desde cada uno de nosotros como sociedad.

Tal vez, hay una parte dominante que piensa en una nueva normalidad que los retorne a la vieja. Eso también es posible, aunque quizás haya que hacerse cargo de caos social que tal situación produciría.

Entonces, habrá que definir si la nueva normalidad es volver, o ir.

De lo que sí podemos estar seguros, es que esta crisis no será la última. Habrá nuevas pandemias, y lo que surge de esta es cómo nos prepararemos para hacer frente a las que vendrán.

Debemos prevenirnos comprometiendo recursos para salvaguardar a la gente de la enfermedad y la pobreza subsiguiente, y en ese punto será determinante redefinir el concepto de riqueza.

Y entender que la transformación en la “new normal” no es sólo tecnológica, sino cultural para entender prioridades que hoy se ven distorsionadas por intereses que no son los de cuidar y preservar a nuestra especie.

Sin ese cambio de paradigma, lo nuevo es una proyección de lo viejo, y si es así lo que viene no será positivo ni para quienes tienen más ni para quienes sufren por tener menos.

Si no hay una transformación cultural, dónde el ser humano pase a ser un ser sensible en toda su dimensión, todos vamos a perder.

Para que se de una “New Normal” será necesario un liderazgo que ilumine, en este mundo de mandatarios con pocas luces (salvo 2 o tres excepciones).

Una nueva normalidad debe necesariamente ser nueva. En tal sentido tenemos que estar dispuestos a construirla y no esperar a que llegue, porque sola no va a llegar.

Propongámonos ser buenos arquitectos.

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