El mal de la derecha: la carencia de objetivos
"Basta recordar sloganes tales como “el gobierno de los mejores”, '24/7' u otra serie de expresiones odiosas y cargadas de clasismo, las que al final solo redundaron en una estrepitosa derrota".
Rodrigo Pablo es Abogado Universidad Católica.
Hace una semana comentábamos que el gran mal del progresismo chileno era su incapacidad para distinguir claramente los grupos demócratas de aquellos que no lo son. Por su parte, la derecha chilena ha sido exitosa en esto. En efecto, salvo por minúsculos grupos aislados, nadie puede decir que sus partidos e instituciones promuevan la violencia, atenten contra la democracia o desprecian los derechos humanos (si cree que pedirle a la policía que mantenga el orden público va contra lo anterior, es usted el que no está preparado para la vida social). Sin embargo, hay muchos que dudan de sus motivos para actuar así.
Esta duda nace de la permanente falta de convicción de la derecha chilena, la que le impide articular un discurso coherente y rescatar su historia. En efecto, ella vive tratando de agradar; usa lenguajes propios de la izquierda; es incapaz de explicar o defender abiertamente sus puntos de vista, o de tratar coherentemente a su propio electorado.
Aunque abundan los centros de estudios no son capaces de articular nada. La derecha chilena podría rescatar a personajes tales como el Padre Hurtado o Abdón Cifuentes, ambos miembros del Partido Conservador y grandes promotores de la justicia social; mostrar como a nivel mundial se impone la economía libre como la única manera de superar la pobreza; hacer presente que en Chile existen más trabas burocráticas a la inversión que en los países escandinavos o del Atlántico europeo que la izquierda chilena tanto añora imitar. Además, podría rescatar el compromiso con el orden público y la seguridad ciudadana; con la valoración de nuestra propia historia, y con premiar el mérito y el esfuerzo personal como las únicas formas de progreso social aceptadas, rechazando cuotas y otros discursos colectivistas cuyos desastrosos resultados han sido mostrados una y otra vez por la historia.
Sin embargo, se suma a una serie de consignas que les son impropias y parece que solo quiere agradar a alguna fuerza desconocida. Así, sus partidos han ido cayendo en la irrelevancia, y se han vuelto los voceros de un cambio constitucional que nadie en la calle pedía y que su electorado rechazaba. Han desprestigiado a Carabineros y otras instituciones del Estado para agradar a masas iracundas en las calles. Han patrocinado una serie de regulaciones más bien propias de extremistas, que de políticos conscientes.
Nada de esto les sirve para generar un proyecto o captar electores. Primero porque la gente no sigue a quienes defiendan las ideas de moda, sigue a quienes les den motivos para vivir. Segundo, porque la gente no es tonta y sabe que quienes renuncian con tal facilidad a sus propios discursos no lo hace por ellos, sino por otra causa oculta.
Creo que este actuar se fundamenta en que a la derecha la aqueja otro mal: la prepotencia que nace de la frivolidad y la ignorancia. Es claro que algunos creen que son más inteligentes que el resto. Basta recordar sloganes tales como “el gobierno de los mejores”, “24/7” u otra serie de expresiones odiosas y cargadas de clasismo, las que al final solo redundaron en una estrepitosa derrota. También se puede pensar algunos dichos que muestran la incapacidad para mirar el contexto del país: el Ministro que dijo que el precio de las flores no ha subido, aquel que recomendó a la gente levantarse aún más temprano o la jueza que en una entrevista aprovechó de hundir por un interés personal una institución que forma parte de casi toda democracias occidentales (el Tribunal Constitucional). Por otro lado, parece que tratan a los “expertos” comunicacionales como científicos que los llevarán a la victoria. Cuando la verdad es que ellos saben levantar influencers, no políticos. Al final, todo esto solo da cuenta de ignorancia e inmadurez.
Con todo, se ve que hay muchos que tienen la sincera intención de terminar con estos males y que se están articulando. Espero lo logren. El país necesita que tanto la derecha como la izquierda funcionen bien.