2020, el año de la enfermería

Como si fuera un presagio en el año 2019, la Organización Mundial de la Salud declaró el año 2020 como el año de las Enfermeras y Matronas, todo esto por el aniversario número 200 de Florence Nightingale, la primera Enfermera quien contribuyó enormemente a desarrollar los cuidados de salud de las personas.

Actualmente, como enfermeros y enfermeras, vivimos unos de los desafíos más grandes que pudiéramos tener como profesionales, ya que se está trabajando bajo el descuido de las políticas públicas en la prevención, la desinformación de la mayoría de la población y la inconsciencia de un porcentaje de la población que ha optado por un sesgo de corte individualista ausente de solidaridad social.

Los trabajadores de la Salud se ven expuestos, por ejemplo, en un servicio de Urgencia, en una Unidad de Paciente Crítico (UPC), en turnos agotadores de 24 horas, los que ya no son opcionales. Sumado a la variable tiempo, es necesario agregar el aspecto no menor de vestimenta, la que no es precisamente amigable, así como mascarillas, antiparras, pecheras, guantes, etc.

Además, estos elementos muchas veces no existen en números adecuados en los servicios, debido a la alta demanda de estos y la compra insuficiente de los mismos. Por esto, observamos con tristeza que el personal y trabajadores sanitarios son poco cuidados por parte de las autoridades, con largos turnos, insumos limitados, y al margen de las recomendaciones hechas por la ciencia al respecto.

Como carrera de Enfermería de la Universidad SEK, quisiéramos dar a conocer algunas experiencias concretas de docentes nuestros que se desempeñan en el área Clínica, en servicios críticos de Urgencia y UPC del área Pública.

Uno de ellos es Paulina, que señala que “existe un agotamiento mental y físico, pero que al parecer las personas no han comprendido. Como enfermera llego a mi turno, recibo pacientes que dan positivo al examen de COVID, y sé que llegando a mi servicio ese paciente no está bien y que va necesitar de todo el esfuerzo de nuestro equipo para sobrellevar ese diagnóstico. Veo en la cara de sus familias el miedo y la angustia, porque literalmente les quitas un familiar, ellos no pueden entrar a visitar ni nada de contacto, y cuando pasa lo peor, debemos aplicar protocolo post morten de COVID, el cual es muy triste, ya que no pueden ni siquiera despedirse. Como equipo de enfermería, hacemos nuestro máximo esfuerzo, preocupándonos de un ser humano que necesita ser cuidado, que independiente de su edad, raza o sexo, tiene necesidades, y ahí estamos nosotros para hacer lo mejor posible”.

Por otro lado, Gabriel (Urgencia adulto), señala que “como jefe de turno, estamos entrando en una etapa muy dura, nuestros servicios críticos ya están en su máxima capacidad, tenemos pacientes que necesitan ser enviados al extra sistema (área privada) y no ha sido posible. Cada día tenemos más personas a cargo de nuestro cuidado y menos personal de salud para brindar los cuidados, ya que están la mayoría en cuarentena preventiva o dan positivo al examen. Agotados física y mentalmente, tratando de dar lo mejor de nosotros para que nuestros pacientes puedan tener una atención digna en un servicio público”.

Como carrera de Enfermería, hacemos un llamado a la comunidad a tomar consciencia de esta pandemia, nuestros profesionales de enfermería hacen su mayor esfuerzo por cuidar al que lo necesita. Pero no eso no es suficiente, es imprescindible que aportemos nosotros también, cuidándonos, lavándonos frecuentemente las manos, manteniendo la distancia social y respetando -los que podamos- el mantenernos en casa. La fuerza de estas iniciativas de cuidado está en la unión entre personal sanitario y la comunidad.