La internet en Chile: ¿da el ancho (de banda) viviendo el Covid-19?

Me atrevo a decir que casi todos hemos tenido problemas con internet. Incluso lo reconocen altos ejecutivos de empresas proveedoras: el aumento de tráfico de datos, imágenes, videoconferencias, streaming, música o videojuegos, está saturando las redes. Una analogía: es como meter muchos camiones grandes, en horario punta, por una autopista.

¿Esto pasa sólo en Chile? Según el sitio más popular de medición de velocidad en internet, “speedtest”, la conexión a internet, en el mundo, no tuvo grandes impactos en mayo 2020 – aproximadamente 75 megabit por segundo (mbps) promedio mundial -, pero si en marzo. En el caso de Chile, si se compara impacto del COVID-19 en el rendimiento Internet desde el 2 de marzo al 11 de mayo, la medición demuestra – ¡ oh sorpresa ¡ – que aumentó la velocidad en un 9%: actualmente la velocidad de conectividad fija es 108 mbps, y Chile es 30 en el mundo.

Hay países con internet más rápida que Chile: Singapur, Suiza, Tailandia, Suecia, EE. UU, España o China. Probablemente la causa de el malestar de los clientes no sea eso, sino la “latencia” o PING, que mide, en milisegundos, el tiempo que tardan los datos en llegar a nuestro computador. Por lo tanto, a más bajo el PING, mejor. En términos simples, son los insoportables retrasos que experimentamos en la conectividad.

El alto PING hace, lamentablemente, que la experiencia sea mala. En esos preciosos segundos perdemos vínculo cuando se discuten temas urgentes, o en una transferencia de dinero o el pago de algo. Si bien tenemos buena velocidad, estamos en el promedio de latencia (24), siendo un ranking que mide a 174 países. Mi hipótesis es que estamos con un problema técnico llamado PING, y debe ser solucionado a la brevedad.

Como se puede apreciar, los indicadores son buenos en Chile, aunque, como han reconocido desde las empresas del sector, pueden mejorar. Aquí hay tres problemas:

(a) las explicaciones de las plataformas de ayuda, si se logra conectar con ellas;

(b) la publicidad que ha vendido la internet como si fuera un chorro de agua inalterable, con tremenda velocidad, sobre todo para videojuegos, películas, etc, actividades que consumen muchos recursos.

(c) que estamos en presencia de un consumidor más exigente, que va a tomar al pie de la letra el punto b.

Estamos frente a un cambio de hábitos masivo, aquello que los antropólogos definen como cultura: el trabajo utilizando las plataformas electrónicas que usan como medio la internet. Luego la conectividad es y será un tema estratégico nacional. Luego, si hay un problema técnico generalizado, que afecta probablemente a millones, hay que arreglarlo lo antes.