La mejor inversión posible

Corren tiempos muy particulares, de eso no hay duda. Ya es evidente que la pandemia del COVID-19 ha desencadenado una gran recesión económica que cada vez tiene más pinta de crisis y que está golpeando a las familias de clase media y a los sectores menos favorecidos de la sociedad.

Así las cosas, es bastante común quedarse en un estado de “parálisis por análisis”, es decir, vemos noticias, escuchamos programas de conversación, leemos comentarios sobre lo que está ocurriendo y probablemente vendrá, pero más allá de llenarnos de información, pareciera ser frecuente no pasar a la acción y tomar medidas para prepararnos y navegar la tormenta de la mejor forma posible.

No me malinterprete. No quiero sonar alarmista, sino más bien invitar a hacer lo necesario e importante, como quien antes de sentir el frío de un crudo invierno se prepara, revisa las goteras, las estufas y saca del closet la ropa abrigada.

Lo cierto es que más allá de las ayudas económicas del gobierno, las flexibilidades bancarias o cualquier otra medida, será la responsabilidad individual (y colectiva) la mejor forma de capear la tormenta. Por lo mismo, le quiero proponer invertir su tiempo –probablemente su recurso más valioso– en las siguientes 3 ideas que pueden ser de gran utilidad.

Primero, haga un presupuesto familiar y un control de ingresos y gastos. Probablemente, esto lo ha escuchado o leído antes, pero ¿lo está haciendo? ¿Al detalle? Un viejo dicho de los negocios en el sector industrial reza “lo que no se mide, no se gestiona”. Es imprescindible tener una hoja de ruta en que, de la manera más detallada y realista posible, Ud. proyecte todo lo que va a entrar y todo que va a salir en términos económicos. Si no inspecciona el techo con detenimiento, no podrá saber dónde están las goteras o filtraciones financieras.

Con lo anterior y como segunda idea, es clave que utilice esta información para tomar decisiones, reparando cada posible grieta que deje entrar el frío de las deudas o gastos innecesarios.

El saber exactamente cómo se mueve su economía le permitirá resolver qué cambios son necesarios en lo sucesivo, poniendo especial foco en que el resultado mejore o sea positivo. Miles de personas han eliminado las suscripciones a los canales “premium” de sus operadoras de cable, por ejemplo. Así, en cada asunto de los gastos personales o familiares, reducir y ajustar permitirán tener más holgura para lo que se avecina.

En tercer lugar, lea y analice la documentación, contratos, pólizas, etc. asociados a cada aspecto relevante de su vida económica. Créame, lo sé por experiencia propia, revisar la tristemente famosa “letra chica” le va a ahorrar una infinidad de tiempo, recursos y dolores de cabeza.

Desde el detalle del consumo en las cuentas o autopistas -si las usa-, hasta los seguros que pueda tener contratados, pasando por las condiciones de los contratos de arriendo o con bancos, planes de isapre, etc. ¿Cuánto se ha informado realmente a consciencia de cada cosa a la que se ha suscrito? Nunca mejor dicho para este caso esa frase que dice “la información es poder”, especialmente en estos tiempos.

Puede parecer una tarea titánica, pero la verdad es que probablemente signifique bastante menos esfuerzo de lo que se imagina. Por otra parte, ¿no vale la pena invertir parte de su tiempo y energía en estos asuntos? Si no es ahora, de todas formas deberá hacerlo después, pero con condiciones mucho menos favorables.

Finalmente, para que se vea el valor en corto, mediano y largo plazo de estas prácticas, es necesario encontrar una periodicidad y consagrar un momento específico para estos asuntos. En mi caso, es el primer lunes de cada mes.

Mientras antes y con mayor detalle tomemos el control de las cosas, mejor preparados estaremos para enfrentar el invierno. Nada mejor que esperarlo, sabiendo que hemos hecho lo necesario para combatir el frío.