Sexo oral: ¿gusta o disgusta?

Cuando se habla de sexo oral veo variadas reacciones, como el rechazo, vergüenza e incomodidad por un lado, o algo inesperado, muy placentero, un premio, gratas sensaciones, incluso lo mejor de lo mejor.

Hemos conversado mucho sobre que en la sexualidad está todo permitido, en la medida que no le hago un daño al otro, ni a mi mismo. Y al hablar o experimentar sexo oral se juntan todas las variantes, como por ejemplo; un hombre que le pide con gran insistencia a su mujer que realice este acto, y a la vez ella no se siente cómoda o no le gusta, pero cede ante el miedo de no fallar frente a él.

Pienso que estas conductas nos conducen a las zonas más pudorosas, privadas e intocable de nuestro cuerpo, por lo tanto cuesta salir de la vergüenza y timidez ante el otro. A la vez es muy difícil soltar el control y dejarse llevar, para que el otro pueda explorar, logrando unir el cuerpo con la buena sensación. Se lee fácil, pero en la práctica no lo es, ya que todavía existen muchas mujeres y hombres que les cuesta dar el paso.

Pero como la naturaleza es sabia, en la medida que el sexo oral se practica de manera gradual, sin presión y sin apuro, termina demostrando que todo calza y gusta.

Muchas mujeres logran relajarse y empezar a disfrutar y normalizar un acto sexual muy placentero. Pero aún existe un alto porcentaje que no logra conectarse con esta conducta, por lo tanto acá hago un llamado a respetar los tiempos, avanzar con calma, respetar los procesos para que el aprendizaje logre su finalidad, romper con la timidez y conectarse con el placer.

Como dice el titulo de esta columna la realidad del sexo oral, aun es asi: Gusta para muchos y disgusta para otros.
No existe una receta ni una norma, siempre la complicidad y el placer nos llevan a un sexo sano y de buenas sensaciones. Nada es mejor ni peor, al final todo suma.

A relajarse y disfrutar