Carta al director
Siempre hay algunos grupos que son invisibles tanto para las políticas públicas como para las medidas puntuales que se requieran implementar.
Fundación Lucha contra la Retinitis Pigmentosa es La Fundación Lucha Contra La Retinitis Pigmentosa (Fundalurp), es una institución sin fines de lucro que desde el año 2009, bajo el decreto n° 4286, ha brindado atención a más de 30.000 usuarios que se han beneficiado de su programa de rehabilitación.
El impacto del COVID-19 en nuestro país ha develado algunas de las brechas más profundas que siguen mermando la situación de millones de chilenos y chilenas. Todos los días somos testigos de las vulneraciones de derechos que se provocan tanto en el ámbito de la salud, del trabajo y la protección social, entre otras. Una realidad que fue invisibilizada hasta octubre del 2019 y que el estallido social puso como ejes de la discusión.
En tiempos de pandemia hemos sido testigos también de los esfuerzos de la autoridad por dar señales para mantener el autocuidado y disminuir los riesgos de contagio, así como también hemos sido testigos de múltiples fórmulas que se proponen de uno u otro lado para dar solución a las brechas antes señaladas.
El problema está en que nuevamente -y pareciera ser una constante- independiente de la situación país puntual que vivamos, siempre hay algunos grupos que son invisibles tanto para las políticas públicas como para las medidas puntuales que se requieran implementar. Uno de esos grupos son las personas con discapacidad y, dentro de ese segmento, las personas con discapacidad visual, quienes han debido confinarse completamente, sin posibilidad alguna de salir de sus casas, dado que para ellos la única forma de percibir el mundo es mediante el tacto y eso, hoy, es una probabilidad altísima de contagio.
Demás está decir que son un grupo vulnerado en sus derechos. Demás está decir que tienen una baja participación en el mercado laboral (muchas veces de forma informal), que trae consigo la imposibilidad de acceder a servicios de salud de calidad y adecuados a su situación, a la seguridad social y a la participación activa en sociedad.
¿Quiénes son, entonces, quienes no quieren ver?
Pero esta realidad no es ajena a las organizaciones del mundo civil, que enfocan su trabajo justamente en acortar las brechas de la desigualdad y que hace mucho tiempo vienen trabajando en aquellas áreas que el Estado no ha sido capaz de solucionar. Organizaciones que viven de las colectas, donaciones de personas naturales y aportes de empresas que logran un beneficio tributario y que justamente, en situación de pandemia y emergencia sanitaria, imposibilita y merma la continuidad de estos proyectos.
FUNDALURP, fundación que trabaja la intervención y rehabilitación en personas con discapacidad visual, si bien ha mantenido el trabajo de atención con su comunidad, es una de esas organizaciones que debe luchar a diario para cubrir las áreas invisibilizadas por el Estado y la sociedad, aun cuando hoy la población y sus necesidades sí son prioridad, nuevamente quedan al margen.