Pandemia: Derechos Humanos, antirracismo y no discriminación
En tiempos de pandemia y confinamiento, emergen invitaciones a dialogar, problematizar y desaprender colectivamente las estructuras político-ideológicas que sostienen el racismo y que afectan el reconocimiento de las personas migrantes como sujetos de derecho.
Yerko Toledo es Académico carrera de Trabajo Social de la Universidad de las Américas, sede Viña del Mar.
El estallido social y la pandemia de COVID-19 se constituyen en acontecimientos que han impactado a la sociedad chilena, particularmente a las personas migrantes que provienen de América Latina, Centroamérica y El Caribe.
Imágenes de ollas comunes y de personas acampando en las afueras de los consulados hablan de sus demandas de apoyo, protección y ayuda humanitaria para hacer frente a la situación de pobreza, vulnerabilidad y precarización que viven a causa de la pérdida de empleo y de las complicaciones para retornar a sus países.
Estos hechos invitan a reflexionar sobre la profunda desigualdad social y económica existente, las que se expresan en brechas que afectan a las personas migrantes, que limitan el ejercicio de sus derechos y el reconocimiento de su dignidad.
Es necesario preguntarnos no sólo sobre el fenómeno social e histórico referido, sino también por la construcción del racismo y xenofobia en Chile, lo que tiende a agudizar las brechas en el ejercicio de los derechos de personas y colectivos en contextos territoriales diversos, ya que dichas prácticas se encuentran ancladas en el imaginario sociocultural de nuestro país.
Este punto nos interpela sobre el establecimiento de fronteras, estereotipos, prejuicios y prácticas socioculturales relacionales, que complejizan aún más la construcción de sociedades interculturales, limitando la generación de procesos de acogida bajo marcos de convivencia, coherentes con tratados y convenciones en materia de derechos humanos.
En tiempos de pandemia y confinamiento, emergen invitaciones a dialogar, problematizar y desaprender colectivamente las estructuras político-ideológicas que sostienen el racismo y que afectan el reconocimiento de las personas migrantes como sujetos de derecho, tomando en consideración el carácter estructural e histórico de la discriminación racial de personas, corporalidades, identidades, pueblos y colectivos que cohabitan en el Chile actual.
Los procesos de sentipensar nos invitan a abordar los desafíos que tenemos en escenarios de pandemia, como lo expone Teun Van Dijk en la siguiente expresión: “Del mismo modo que el racismo no es natural, sino aprendido, tampoco el antirracismo es natural y debe ser enseñado y aprendido”.