Secciones El Dínamo

cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

El rol del dirigente social durante la pandemia

Por José Luis Mardini Vélez
Compartir

José Luis Mardini Vélez es Presidente Junta de Vecinos Curimón Centro, comuna de San Felipe

Ser dirigente/a vecinal es una labor abnegada y la mayoría del tiempo, poco reconocida e invisibilizada. Muchas veces se habla de lo heroicos que son los bomberos por realizar su importante trabajo en el que arriesgan su vida de forma voluntaria, pero el dirigente social poco se menciona en la opinión pública.

El dirigente también es voluntario y especialmente en esta época de pandemia se encuentra poniendo en riesgo su salud, con el único objetivo de ayudar a sus vecinos a tener una mejor calidad de vida.

Según el Mapa de Organizaciones de la Sociedad 2020, estudio realizado por el Centro de Políticas Públicas de la Universidad Católica, en términos del estatus jurídico-institucional, las organizaciones comunitarias, que incluye a juntas de vecinos y uniones comunales, reúnen al 80% de las organizaciones de la sociedad civil del país, una cifra importante a nivel proporcional. El dirigente es fundamental en cualquier territorio, ya que es el vínculo entre la comunidad y el gobierno local y el central.

Es el que mejor conoce el tejido social, sabiendo detectar a los vecinos más vulnerables: quién se quedó sin trabajo, dónde hay un abuelito solo o dónde es más importante canalizar la ayuda enviada por la autoridad. Sin el dirigente, esta labor se vería cuesta arriba ya que las municipalidades muchas veces no cuentan con esta capacidad, y además las y los dirigentes sociales son voces legitimadas y reconocidas de la comunidad en un escenario de desconfianza hacia las instituciones, empresarios y autoridades.

Durante la pandemia, los dirigentes se han encargado de promover acciones de autocuidado y de distanciamiento social en los barrios, además de organizar diferentes iniciativas solidarias. Pese a todas las dificultades, la gran mayoría de los dirigentes sigue realizando su labor para darle dignidad a sus representados, la olla común o comedor solidario es el mejor ejemplo.

Encargarse de la logística, reunir alimentos, buscar el lugar adecuado para su desarrollo, conseguir utensilios de cocina, juntar fondos, buscar voluntarios y lo más importante de todo, identificar a quienes más lo necesitan para dar a través de un rico plato de comida la dignidad que todos se merecen.

Es precisamente ahora cuando urge un mayor reconocimiento que se transforme en facilidades inmediatas para poder desarrollar nuestro trabajo, partiendo por lo mínimo, como es la entrega de elementos de protección y seguridad básica para el trabajo en terreno, además del apoyo económico específico en el contexto de pandemia y crisis social.

Las juntas de vecinos son un actor clave de la sociedad civil, contribuyendo silenciosamente al desarrollo integral de Chile desde lo local, por lo mismo apelamos al fortalecimiento a las instancias de concurso, facilitando los procesos y aumentando los beneficios para el desarrollo territorial. Hoy el desafío es grande y complejo, por lo que necesitamos de la valoración de la sociedad y del Estado chileno para seguir fortaleciendo el oficio de las y los dirigentes para un país más justo y democrático.

Léenos en Google News

Temas relevantes

#Coronavirus

Notas relacionadas

Deja tu comentario

Lo más reciente

Más noticias de Opinión