Secciones El Dínamo

cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad
Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

Plebiscito Constituyente y la política de las convicciones

Votar Rechazo es la bandera de una generación que se rebela ante la política de la calculadora y la estrategia electoral, y abraza la política de las convicciones, la promoción de las ideas y la defensa de principios.

Rechazo
Compartir

Tomás Bengolea L. es Presidente de Fundación ChileSiempre.

Cada vez se acerca más el plebiscito constituyente del próximo 25 de octubre. Mientras la izquierda está mayoritariamente por el Apruebo a la idea de redactar una nueva constitución, en la centroderecha chilena existen diversas posiciones, que se han ido dando a conocer incluso con el resurgimiento de antiguos liderazgos que han profundizado las divisiones en el sector. Así lo reflejó la aparición del exministro Pablo Longueira, histórico dirigente de la UDI, quien ha llamado a votar precisamente por el Apruebo.

Si bien es perfectamente legítimo que Longueira esté por terminar con la Constitución de la libertad y que haya decidido votar Apruebo, a diferencia de lo que ha resuelto su partido, es de esperar que su aporte a la discusión sea en base a argumentos y contenido real, y no a meras descalificaciones. Longueira ha repetido varias veces que los que votamos Rechazo “no defendemos ideas”, y que esas se defenderán exclusivamente en la Convención Constituyente. Me permito diferir profundamente con esta idea.

Votar Rechazo en el plebiscito de Octubre no solo significa oponerse a un proceso cuyo origen fue la violencia inusitada que controló buena parte de las capitales regionales del país en los últimos meses del 2019 y a la retórica refundacional de la hoja en blanco, precedida por la idea de que “no son 30 pesos, son 30 años” de abusos y desigualdad, entre otros problemas. Votar Rechazo es también una oportunidad, ante todo, para decir con claridad que la Constitución vigente protege derechos, libertades e instituciones que muchos chilenos consideramos fundamentales para un orden social justo y libre.

Somos muchos los que creemos en la centralidad de la familia, y que estamos por defender el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, con programas de apoyo económico directo que les permitan ampliar su libertad. Muchos valoramos la libre iniciativa económica y la importancia del derecho de propiedad, que ha permitido a cientos de miles de familias emprender y formar negocios, instalar sus locales y progresar social y económicamente como nunca antes en la historia.

La Constitución reconoce la relevancia de una sociedad civil activa, autónoma, que no es asfixiada por el Estado sino estimulada por la comunidad para que se haga parte de la solución a las problemáticas sociales y que, a la vez, permite el fortalecimiento del tejido social y de los lazos entre los chilenos. Somos muchos los que consideramos que eso es algo valioso que debe preservarse. De la misma manera, valoramos la importancia de instituciones sólidas, como el Banco Central autónomo y un Tribunal Constitucional que ejerza un efectivo control de constitucionalidad que permita proteger los derechos de los chilenos.

Lamentablemente, la discusión constituyente ha estado plagada de eslóganes y de falsas promesas. Desde senadores y autoridades que sostienen que una nueva constitución generará, como por arte de magia, mejores pensiones o más espacios verdes para las familias más vulnerables, hasta dirigentes que pretenden desconocer la relevancia que algunos partidarios de la libertad le otorgamos al plebiscito del 25 de octubre.

Votar Rechazo es la bandera de una generación que se rebela ante la política de la calculadora y la estrategia electoral, y abraza la política de las convicciones, la promoción de las ideas y la defensa de principios. Eso está en juego en el próximo plebiscito: la capacidad y valentía que tenemos para promover un orden constitucional que recoge las ideas de la libertad y dignidad humana, la importancia de la subsidiariedad como principio rector del orden social, y la economía libre como fuente de progreso y oportunidades para las familias más vulnerables de Chile.

Léenos en Google News

Notas relacionadas

Deja tu comentario

Lo más reciente

Más noticias de Opinión