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Actualizado el 24 de Noviembre de 2020

Un inédito Día Mundial del Turismo

La emergencia sanitaria ha significado un enorme golpe para el sector, cuyos efectos no pueden ser aún cuantificados en su totalidad.

Por Patricio Qüense
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Patricio Qüense es Director del Área Hotelería, Turismo y Gastronomía de Inacap.

Desde 1980, todos los 27 de septiembre se celebra el Día Mundial del Turismo, pues ese día la Organización Mundial de Turismo (OMT) de la Organización de Naciones Unidas (ONU) cumplió diez años de existencia.

La ONU hizo bien en crear un organismo exclusivamente dedicado al turismo, pues con los años este sector ha alcanzado un desarrollo explosivo, al punto de que aporta un 10,3% del PIB mundial y que de él dependen 330 millones de empleos, uno de cada diez en todo el planeta (cifras del World Travel and Tourist Council). En Chile, el turismo aporta directamente el 3,2% de nuestro PIB y genera el 9,9% de los empleos en el país, sumando los directos y los indirectos (Sernatur).

La emergencia sanitaria ha significado un enorme golpe para el sector, cuyos efectos no pueden ser aún cuantificados en su totalidad. Según cifras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), una detención de ocho meses del sector turístico significaría pérdidas de US$ 2,2 billones, equivalente a un 2,8% del PIB mundial, las que aumentarían en un 50% si la detención alcanza los 12 meses. Un escenario para nada improbable.

Así, nos encontramos celebrando el Día Mundial del Turismo en circunstancias inéditas e inciertas. ¿Cómo podemos mirar el futuro? En primer lugar, podemos tomar esta crisis como una oportunidad de repensar cómo se desarrolla el turismo en Chile, con sus fortalezas y debilidades. Esto nos abre la oportunidad de profesionalizar de manera más integral el quehacer turístico de nuestro país, de modo que en todos sus aspectos y dimensiones haya profesionales competentes formados en este rubro, aportando directa o indirectamente para que las experiencias de los pasajeros sean más satisfactorias.

En segundo lugar, sabemos que, de reactivarse el sector en el corto plazo, esto ocurriría con turistas principalmente locales, pues los grandes desplazamientos son poco factibles y para nada recomendables, por razones tanto económicas como sanitarias. En este escenario, debemos asumir que el visitante nacional tiene muchas más probabilidades de querer y poder retornar a un destino determinado, por lo que cobra más importancia la capacidad de fidelizar a los turistas y lograr que quieran volver para repetir la experiencia vivida.

Ciertamente que estos desafíos iniciales debemos abordarlos entre todos, y la buena noticia es que eso ya está ocurriendo. Ya se está trabajando en el poblamiento sectorial del turismo para el Marco de Cualificaciones Técnico-Profesional, impulsado por el Ministerio de Educación y la Subsecretaría de Turismo, lo que dejará explícitos los requerimientos de competencias para los técnicos y profesionales del sector. Esto permitirá que las instituciones formadoras de todos los niveles entreguen una educación más pertinente a las necesidades actuales del turismo.

Si bien estamos en un momento complejísimo, todos quienes nos desempeñamos en el turismo, la hotelería, la gastronomía y la industria de la hospitalidad en general, debemos mantener ciertas definiciones que seguirán siendo importantes una vez que termine la pandemia.

El turismo fue definido por la ONU como un pilar fundamental de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, desde el punto de vista de la innovación, integración y digitalización, y es más que probable que muchos países con importantes activos turísticos –como el nuestro– confíen en este sector para apoyar su reactivación económica una vez que termine la emergencia sanitaria.Tenemos que prepararnos para eso y tenemos que hacerlo juntos.

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