El juicio final de Chile Vamos
La elección más importante de su vida como coalición no se disputará el 25 de octubre de este año, ni el 11 de abril de 2021 –con la elección de los convencionales– sino que será el 21 de noviembre de 2021.
Javier Labrin Jofré es Director Ejecutivo Fundación Libertad Valparaíso www.fundacionlibertadv.cl
Algunos han señalado que la elección que viviremos el día 25 de octubre, respecto al plebiscito constitucional, marcará un antes y un después en nuestra historia republicana ¡Qué duda cabe! De este acontecimiento, y lo que lo precedió, ya se han escrito decenas de libros, cientos de columnas y millones de publicaciones en redes sociales.
Sin duda, este hito representa un gran desafío para todos nosotros. Para el Estado, en cuanto a su coordinación. Para los partidos políticos, respecto a la campaña. Y para los ciudadanos, por su deber cívico. Además, si consideramos que debemos celebrar todo esto en un contexto de pandemia junto a manifestaciones sociales, el escenario se torna casi distópico.
Con todo, algunos han señalado que este referéndum será la votación más importante para nuestro país en los últimos 30 años.
En ese sentido, los partidos de derecha tienen el peso de la prueba sobre sus hombros por ser gobierno y, por lo cual, deberán hacer una autocrítica aún más estricta respecto de su rol durante las crisis –social y sanitaria–.
Por ello, es recomendable proponerle a Chile Vamos que abandone la lupa y que use binoculares, para que mire a mediano plazo. Pues, la elección más importante de su vida como coalición no se disputará el 25 de octubre de este año, ni el 11 de abril de 2021 –con la elección de los convencionales– sino que será el 21 de noviembre de 2021, cuando debamos elegir a diputados y senadores.
¿Por qué?
En primer lugar, luego de vivir en carne propia los sinsabores de ser minoría parlamentaria, las manifestaciones de enemistad cívica, de mezquindad política y la desobediencia institucional, resulta evidente la necesidad de un cambio de legisladores. Y, como nada nos asegura que con la Constitución actual o con un nueva, se calme este clima de “parlamentarismo de facto”, los más sano es, también, renovar a los congresistas.
En segundo término, el nuevo Congreso Nacional, aquel que electo ese 21 de noviembre de 2021, será el encargado de: o darle armonía a la nueva Constitución, si es que se aprueba, o de introducir las reformas necesarias a la Constitución del 2005, si es que se rechaza el proceso.
Por ello, más allá del apruebo o el rechazo, Chile Vamos debe asumir la tarea constitucional como un imperativo, y mirar el trabajo electoral para el nuevo Congreso Nacional 2021 con generosidad y proyección, si es que quieren sobrevivir –convivir bien– como coalición.