La verdadera página en blanco
Jorge Gillies es Académico de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social UTEM.
Si en algo se puede aplicar sin duda la metáfora de la “página en blanco” es en lo que respecta al resultado del plebiscito constitucional. A pocos días de su realización nadie puede hacer una previsión certera del resultado de la consulta.
Ello porque los factores imponderables son demasiados, entre ellos:
- El mundo de las redes virtuales no es equivalente al mundo real. Las expresiones, muchas veces virulentas y enfáticas que ahí se expresan desde distintas tendencias, no pueden considerarse representativas del estado de ánimo de la mayoría de los ciudadanos.
- No hay forma de prever con exactitud la cantidad de electores que en esta ocasión concurrirá a votar. Si bien muchos factores hacen suponer que será superior a la de comicios anteriores, ello sólo podrá ser comprobado el día 25. Y tampoco nadie puede asegurar que una cantidad mayor de votantes va a favorecer necesariamente a una u otra tendencia.
- Las encuestas son poco confiables, sobre todo en tiempos de redes sociales y suelen fallar en un sentido u otro. No predijeron la victoria de Trump y del Brexit, pero tampoco la masividad del triunfo de Arce en Bolivia.
- Y por si fuera poco, el efecto de la pandemia del COVID-19 sobre los distintos grupos de electores tampoco puede ser calibrado con anticipación.
Quizás lo único certero que se puede afirmar es que la influencia de las franjas electorales televisadas será menor que en ocasiones anteriores, no sólo por su discutible calidad comunicacional, sino porque la propia TV -y sobre todo la TV abierta- ha perdido en gran medida la relevancia que tuvo.
De tal manera que tenemos una página en blanco y una incógnita absoluta, que recién se podrá despejar en la noche del domingo 25.