El valor de la tecnología como inspiradora de metodologías pedagógicas
No parece adecuado pensar la educación superior alejada de las nuevas costumbres sociales que viven gestores, docentes y estudiantes, como tampoco de las potencialidades que los avances tecnológicos entregan para experimentar más y mejores experiencias de aprendizaje.
Marcelo Sáenz es Director nacional de desarrollo académico de AIEP
La comunidad de personas que quiere realizar estudios para desempeñarse laboralmente, y particularmente que desea estudiar una carrera técnica o profesional, ha evolucionado en Chile en el último tiempo, dando paso a un número significativo de interesados ya insertos en el mercado laboral, presentando una diversidad de requerimientos y preferencias que obligan a prospectar, diseñar y desarrollar variantes metodológicas, tecnológicas y operativas para el despliegue de las ofertas de estudio de educación superior.
Los avances tecnológicos, principalmente derivados de los desarrollos de la informática y de las telecomunicaciones, que han llevado Internet al bolsillo de muchos ciudadanos, rápidamente han impactado la sociedad, su comportamiento y sus preferencias, produciendo, en definitiva, cambios culturales. Desde esa perspectiva, no parece adecuado pensar la educación superior alejada de las nuevas costumbres sociales que viven gestores, docentes y estudiantes, como tampoco de las potencialidades que los avances tecnológicos entregan para experimentar más y mejores experiencias de aprendizaje.
AIEP incorpora en su Plan Estratégico Institucional PEI, y en su Modelo Educativo, la inclusión de una diversidad de variantes para las definiciones de sus programas de estudio, metodologías de enseñanza y modelos de operación, y por cierto, el atributo tecnológico, buscando mejoras significativas de las experiencias de aprendizaje, incorporándose en cada uno de los módulos y otras instancias particulares de aprendizaje durante todo el ciclo de vida académica.
Su incorporación debe ser entendida en un amplio espectro de posibilidades y modalidades. Es así como la inclusión de tecnología educativa se puede aplicar en las aulas presenciales, en las de telepresencia y en la educación online, además de las debidas combinaciones de semipresencialidad que se pueden diseñar e implementar.
de Ejemplos, son aplicaciones en celulares, experiencias de simulación en móviles y computadores, actividades con realidad aumentada, simulación en salas equipadas con hardware y software o experiencias de realidad virtual. Es de relevancia que todas estas experiencias que usen tecnología deben ser debidamente prediseñadas metodológicamente, entregándoles sentido y foco de aprendizaje.
La inclusión de tecnología, y especialmente la del área educativa, impone exigencias sobre el cuerpo docente, que debe dominarlas en sus alcances, potencialidades y detalles de utilización, pero y más importante aún, que deben diseñar y/o aplicar metodologías concretas que hagan uso de ella. Así, se transforma en elemento integral de la enseñanza y no en un mero accesorio que equivocadamente puede ser prescindido.