Mutación del retiro
Considero de rigor sugerir a los pocos políticos serios que quedan en el Parlamento, que este dinero retirado sea restituido a las cuentas individuales que administran las AFP en valores nominales reajustados y hasta antes de la fecha que cada uno tiene de pensionarse.
Christian Aste es Abogado
Apelando al derecho que me asiste como ciudadano, considero mi deber precisarle al pueblo, que tantas veces convocan en sus discursos los políticos, que no hay otra forma de salir de la pobreza que a través del trabajo, y que éste existe sólo cuando hay un capital que invierte.
La solución, aunque insistan hasta el hartazgo, no son mayores impuestos. Ni al IVA, ni a la renta, ni al patrimonio. Mayor IVA es mayor precio y, por lo tanto, menor poder adquisitivo. Una tasa más alta a la renta implica que la empresa, si puede, traslade a precio ese mayor impuesto, y si no puede, reduzca su fuerza laboral, finiquitando gente – normalmente los menos capacitados -. Un impuesto patrimonial, si no es universal, es decir, no rige en todo el mundo, conlleva a que como en Francia el capital emigre y, en consecuencia, haya menos trabajo. Ejemplos hay por montones.
Los políticos que saben esto, – espero, que sean los más – no lo dicen, porque decirlo no es popular. Captan más votos y aseguran, por lo tanto, sus puestos, si argumentan que ellos legislan en favor de los pobres, y en contra de los capitalistas avaros, que los explotan y que no se sacian de incrementar su riqueza.
Eligen el camino fácil de la odiosidad y el panfleto. Por lo mismo, no es raro que ahora con el pretexto de la pandemia, que indudablemente hizo que nuestro país fuera más pobre, promovieran que la gente sacara sus ahorros. Lo hicieron a sabiendas de que mucha gente quedaría sin pensión y a merced de la caridad, solidaridad y finalmente a disposición de los mismos políticos, que al final son los que se eligen, precisamente, para solucionar estos problemas. Ya sabemos que no lo harán y que la solución que den siempre será la peor. Es cosa de revisar la historia, y mirar lo que ha pasado con nuestros vecinos; Venezuela y Argentina eran países riquísimos, pero que por obra y gracia de políticos parecidos a los que tenemos por acá, son hoy muy pobres.
Ahora bien, a riesgo de ser descalificado y maltratado, considero de rigor sugerir a los pocos políticos serios que quedan en el Parlamento, que este dinero retirado sea restituido a las cuentas individuales que administran las AFP en valores nominales reajustados y hasta antes de la fecha que cada uno tiene de pensionarse. Pienso que sería buena idea que el Estado establezca que si se restituye habrá una bonificación porcentual al afiliado, que esté indexada al crecimiento del país y que esa misma bonificación, pero con un adicional, se aporte a las cuentas de quienes no hagan uso de este préstamo. Para garantizar la restitución, que hasta aquí parece quedar sujeta a la voluntad del mismo afiliado, y dependiendo del beneficio que reciba si restituye, sugiero:
1.- Que los empleadores de aquellos trabajadores que tengan derecho a una indemnización y que han accedido a este retiro, mutado en crédito, estén obligados a enterar a la cuenta del trabajador afiliado la mitad de su indemnización, salvo que la mitad exceda el valor del crédito, caso en el cual sólo deberán entregar ese diferencial.
2.- Que los empleadores puedan abonar directamente a esta cuenta, para imputar luego lo abonado a la indemnización que deban pagarle al trabajador cuando lo desvinculen.
3.- Que el Estado vaya abonando la cuenta de los trabajadores más vulnerables y amortizando por consiguiente su deuda, mediante la devolución del IVA que han soportado.
De este modo, se logra aumentar el ahorro introduciendo una variable de equidad en el sistema tributario. Mientras menos se gana, más debiera ser el porcentaje que el Estado restituya.
Bajo este esquema se promueve la restitución, sin daño al mercado de capitales; sin daño al ahorro, y sin afectar las pensiones futuras.
Los fondos de las personas que no puedan restituir la totalidad de los dineros retirados – mutados en crédito -, debieran ser compensados por un Fondo solidario, que sugiero conformar:
a) Con el Impuesto de Primera Categoría pagado por las empresas que le distribuyen dividendos a las AFP;
b) Con las multas por delitos económicos –colusiones, sanciones colectivas impuestas por el Sernac, y sanciones tributarias -;
c) Con el Impuesto de Herencias que debiera permitir anticiparse, bajo una estructura en que un 80% de lo que se done al Fondo se impute al impuesto de herencia que deben pagar los herederos, y
d) Con otras medidas extraordinarias, pero razonables que terminen aprobándose, como es o podría ser, por ejemplo, el impuesto único sustitutivo por las utilidades acumuladas y no distribuidas todavía por las empresas – registro FUT -.