El riesgo de la desinformación en tiempos de pandemia
Si bien las noticias falsas existen desde tiempos remotos, han tomado resonancia en la actualidad, en el contexto de pandemia, pues inciden negativamente en la salud de las personas. Esta situación se complejiza cuando no se cuenta con los conocimientos necesarios para distinguir entre información real, confiable e información falsa y manipulada.
Cherie Flores es Licenciada en Bibliotecología y Gestión de Información
Desde los inicios de la crisis sanitaria por COVID-19, la información que circula al respecto en los distintos medios de comunicación se ha multiplicado exponencialmente, sobre todo en redes sociales. Sin embargo, muchas de estas noticias son falsas, creadas por quienes buscan desinformar a la ciudadanía, o por personas bienintencionadas, pero no bien informadas.
Algunos ejemplos de contenido falso sobre la pandemia se relacionan con el déficit de oxígeno que causarían las mascarillas, las modificaciones genéticas que producirían las vacunas contra el Coronavirus o que la tecnología 5G es responsable de la expansión del virus. Lamentablemente, en muchas ocasiones, esta información lleva a las personas a tomar decisiones inadecuadas – como no vacunarse o no usar mascarillas – lo que termina afectando al resto de la población.
Si bien las noticias falsas – o fake news – existen desde tiempos remotos, han tomado resonancia en la actualidad, en el contexto de pandemia, pues inciden negativamente en la salud de las personas. Esta situación se complejiza cuando no se cuenta con los conocimientos necesarios para distinguir entre información real, confiable e información falsa y manipulada, más aún cuando nos enfrentamos a una realidad que genera incertidumbre, frente a la cual necesitamos respuestas.
Ante esta explosión de desinformación relacionada con la pandemia, debemos ser cuidadosos con lo que difundimos, y adoptar una actitud crítica frente al consumo de información, verificando si proviene de una fuente confiable, pues debemos tener presente que hoy en día cualquiera puede ser productor de información en la web, sin necesariamente ser especialista en la materia. Si no logramos dilucidar si la información es real, lo mejor es no compartirla, de esa forma evitamos propagar contenido falso que puede resultar dañino para la ciudadanía, y ayudamos a combatir la desinformación.