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30 de Enero de 2022

Sobre las empresas y su paso necesario a la sostenibilidad

En tiempos donde los consumidores priorizan los compromisos que las marcas tienen con ellos, ser sostenible implica decir que tu negocio está alineado con sus deseos y expectativas.Y hoy demostrarlo es una ventaja competitiva.

Por Ignacio Parada
Kofi Annan, Premio Nobel de la Paz en 2001, decía que hay un nuevo entendimiento universal de que las fuerzas de mercado son esenciales para el desarrollo sostenible. FREEPIK
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La palabra “sostenibilidad” se refiere a lo que sostiene el presente sin que eso traiga perjuicios a futuro. Y desde la ecología, el concepto se asocia a los métodos naturales con que los sistemas vivos se mantienen productivos en el tiempo, por medio de acciones que permiten una equilibrada explotación de los recursos en el mundo.

El término también se ocupa en ámbitos empresariales, estando presente en modelos de negocios y estrategias a largo plazo que permiten protagonismos en mercados cada vez más competitivos. Las organizaciones, en ese sentido, no buscan únicamente la rentabilidad, sino que asumen otras responsabilidades que les permitan actuar ante problemáticas globales —por ejemplo, el cambio climático—, al entender su rol en una sociedad más rápida y consciente con lo que ocurre.

Ahora bien, de todas maneras puede surgir la pregunta de por qué una empresa debe apostar a ser sostenible. ¿Qué de bueno puede haber en ello?

En la “Cumbre Bloomberg de Economía Sostenible – América Latina”, desarrollada en diciembre, la vicepresidenta del Grupo de Trabajo global sobre Divulgación Financiera Relacionada con el Clima, Denise Pavarina, dijo que los negocios latinoamericanos deben serlo bajo el actual contexto climático pues “habrá una gran cantidad de recursos para las empresas que lo tengan en cuenta y sean transparentes sobre su plan de transición hacia una economía baja en carbono. Latinoamérica debería aprovecharlo”.

Por su parte, la subsecretaría de Sostenibilidad del Ministerio de Infraestructura de Brasil, Larissa Carolina Amorim dos Santos, aseguró que los flujos financieros estarán cada vez más conectados a los aspectos ambientales y climáticos de las regiones en que se encuentren. “Por eso tenemos el deber de normalizar nuestros proyectos de infraestructura para poder obtener sellos verdes y atraer inversiones”, agregó en el evento.

Por último, Luiza Demôoro, jefe de Transiciones Energéticas de BloombergNEF, manifestó cuatro caminos con los que es posible lograr uno de los planes más ambiciosos en la materia. La carbono neutralidad, pactada en el Acuerdo de París y ratificada en la COP26: apoyar el desarrollo de nuevas soluciones climáticas; acelerar el despliegue de soluciones consolidadas; gestionar la eliminación o transición de las actividades intensivas en carbono, al igual que consolidar estructuras adecuadas de gobernanza para la transición climática.

En tiempos donde los consumidores priorizan los compromisos que las marcas tienen con ellos, ser sostenible implica decir que tu negocio está alineado con sus deseos y expectativas. Y hoy demostrarlo es una ventaja competitiva. Fortalece la imagen, potencia los climas internos, atrae inversiones e incluso reduce costos, al comprometerse con el ahorro y la reutilización de recursos. Kofi Annan, séptimo secretario de las Naciones Unidas, Premio Nobel de la Paz en 2001, decía que hay un nuevo entendimiento universal de que las fuerzas de mercado son esenciales para el desarrollo sostenible. Esperemos que sus protagonistas, las empresas, sean quienes más lo tengan claro.
 

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