Lo preocupante del proyecto de ley sobre cirugías: ¿el remedio peor que la enfermedad?
Es urgente reformular el proyecto y considerar, primero, separar la discusión de las actividades de medicina estética, de las de cirugía estética y cirugía plástica-reparadora.
El Congreso discute un mal proyecto de ley que busca regular la práctica de cirugías con fines de embellecimiento. Como expertos en el área y buscando proteger la integridad de los pacientes, manifestamos nuestra extrema alerta y preocupación por cuatro graves falencias que esperamos sean corregidas:
1.La estética es un área transversal de la medicina, y no un área exclusiva de un pequeño grupo: reducir la oferta profesional y dirigirla por ley hacia un grupo reducido de médicos que no necesariamente tienen las competencias que dicen tener, minimizará el acceso y generará un incentivo perverso para que personas sin título realicen estos procedimientos, causando graves consecuencias para la salud pública.
2.Exclusión de profesionales calificados y con basta experiencia: la propuesta excluye a miles, muchos con amplia trayectoria y experiencia, estudios o pasantías en Chile y el extranjero. Ellos realizan más del 80% de estos procedimientos en el país.
3.Monopolización y aumento de costos: la propuesta crea un monopolio legal, injusto y arbitrario en torno a la práctica de la estética en Chile al acotar este trabajo en aproximadamente 230 profesionales, los que no necesariamente cuentan con las competencias, se termina de facto con la necesaria “democratización y acceso” desde ese momento, la cirugía estética profesional solo será un privilegio de la clase acomodada.
4.Proliferación de intervenciones clandestinas: la reducción de la oferta profesional y aumento de precios causará que las personas más vulnerables sean atendidos por personas sin título profesional, en sus domicilios o en centros que no cumplan con las mínimas condiciones sanitarias, con trágicas consecuencias como lo ocurrido en febrero con Leslie Vergara.
Es urgente reformular el proyecto y considerar los siguientes puntos:
●Separar la discusión de las actividades de medicina estética, de las de cirugía estética y cirugía plástica-reparadora.
●Generar un Registro Público de competencias, sin restricción de ingreso a profesionales titulados, donde se incorporen de manera amplia la experiencia, los cursos, capacitaciones, pasantías nacionales e internacionales, diplomados, postgrados, etc.
●Crear un registro público de clínicas que cuenten con autorización sanitaria para su funcionamiento, información que debe ser de fácil acceso para los pacientes.
●Establecimiento de mayores penas al ejercicio ilegal de la profesión sobre todo cuando tienen resultado de muerte.
Jorge Díaz, José Zarhi y Fernando Terré,
médicos