¿La tercera es la vencida?
Esta es la tercera oportunidad para alcanzar un acuerdo que permita diseñar la llamada “sala de máquinas” del proyecto de nueva Constitución, una tarea compleja que ha visto caer acuerdos y que, conforme a las últimas modificaciones propuestas, avanza en la solución de un nudo crítico: las atribuciones de la “Cámara de las Regiones”.
Este viernes se cumple el plazo previsto por la Convención para la incorporación de indicaciones a los artículos rechazados en particular en el primer informe sobre Sistema Político.
Esta es la tercera oportunidad para alcanzar un acuerdo que permita diseñar la llamada “sala de máquinas” del proyecto de nueva Constitución, una tarea compleja que ha visto caer acuerdos y que, conforme a las últimas modificaciones propuestas, avanza en la solución de un nudo crítico: las atribuciones de la “Cámara de las Regiones”.
Desde diversos procesos participativos, diálogos y encuestas se ha relevado el valor de los acuerdos, por lo que una política que se caracterice por mayores espacios de colaboración pareciera ser un anhelo muy presente en la ciudadanía. Por ello, cualquier diseño institucional que se proponga debe tener como objetivo principal promover la gobernabilidad y la articulación entre los distintos actores, teniendo siempre como norte el desarrollo de una institucionalidad que atienda a la realidad de las personas.
Asimismo, se ha escuchado con fuerza el anhelo profundo de cambio en el mundo político y de ir en búsqueda de un mayor estándar técnico y ético. Esto, entre otras múltiples acciones, requiere fortalecer el sistema de partidos y los requisitos para la elección de representantes. Es decir, mayores estándares de transparencia, probidad, requisitos para postular a cargos de representación y pisos de votación más altos para acceder a ellos.
La tarea por estos días es transformar estos anhelos en una propuesta de sistema político que logre consenso en el pleno de la Convención. En este contexto, cabe destacar que las nuevas indicaciones no muestran modificaciones respecto del concepto de “organización política” como una idea genérica, donde caben movimientos y partidos políticos, y que tendrá que ser detallada por el legislativo.
Donde sí hay modificaciones es en las atribuciones de la Cámara de las Regiones. En línea con las recomendaciones de reconocidas académicas y académicos, se fortalecen las atribuciones de esta Cámara en aspectos como los procesos de acusación constitucional, el nombramiento de autoridades, y su rol en la comisión mixta, para que la mirada territorial de la Cámara de las Regiones tenga una relevancia más equiparable a la mirada del Congreso de Diputadas y Diputados, especialmente en un contexto donde la descentralización ha sido uno de los aspectos más promovidos en el proceso.
Asimismo, los cambios propuestos al sistema de vetos y quórums de insistencia en la aprobación de una ley avanzan a que actúen como un instrumento de negociación relevante que permita asegurar las prioridades legislativas del Presidente/a, pero respetando el debate legislativo y las iniciativas del Congreso.
Con todo, en los próximos días se votarán en particular cada uno de los artículos del informe con las nuevas indicaciones propuestas, las que concitan el apoyo de la mayoría de los integrantes de la Comisión de Sistema Político. Sin embargo, este acuerdo incluye menos colectivos que el anteriormente alcanzado y, por lo tanto, su aprobación no está garantizada. Es de esperar que se tengan las voluntades para alcanzar el quórum que permitirá tener una propuesta de sistema político en la nueva Constitución. Dejar esta materia en un espacio de indefinición puede ser un disparo en la línea de flotación del proceso constituyente.
Valentina Rosas,
cientista política