El hambre es un fantasma real
Si no fortalecemos la producción nacional seguiremos con la tendencia, cada vez más preocupante, de seguir dependiendo del exterior en un área tan sensible como la alimentación, algo que nos deja en una situación de enorme vulnerabilidad y tal como ya han adelantado muchos organismos internacionales, el fantasma del hambre es real.
El resguardo de los alimentos es una tarea de todos, pero sobre todo del Estado, que al parecer no está entendiendo la dimensión de esta crisis. En la cuenta pública del Presidente Boric prácticamente no hubo alusión al tema, algo que a todas luces es no leer el delicado escenario y las evidentes consecuencias derivadas que estamos enfrentando.
No es un tema baladí, ni sólo pertinente a contingencia nacional, pues la emergencia agrícola es un tema mundial. Existe una sensación de que la provisión de alimentos forma parte de una rutina fácil como si los productos cayeran mágicamente desde el cielo, pero la realidad de hoy es muy distinta. La guerra de Rusia con Ucrania, el aumento de los costos del petróleo y la inflación mundial tienen en jaque al mercado alimentario mundial.
Chile, por cierto, no es la excepción. El alza en el costo de la vida y la falta de un proyecto gubernamental que enfrente realmente la crisis que viven los agricultores, tiene a la gente de las zonas rurales al borde del abismo.
El aumento del precio de los fertilizantes casi en tres veces, el alto costo de sembrar una hectárea que puede llegar a casi dos millones de pesos y la entrega de un subsidio a través de un Fogape que es un monto muy exiguo, implica que estemos sumidos en una crisis sin precedentes.
Por ello, la petición de emergencia agrícola que estoy solicitando al Gobierno para la región de Los Ríos tiene toda lógica porque implica la agilización en la entrega de recursos para los pequeños y medianos agricultores, para ir de manera oportuna a ellos, pues lo urgente hoy, justo cuando estamos partiendo la época de siembras, es llegar con la ayuda necesaria y adecuada para enfrentar una contingencia que incluso muchos analistas internacionales la definen como una pandemia sin precedentes y que podría tener su punto culmine en unos dos meses más.
Esta situación ha revelado la importancia y relevancia de la necesidad de convertirnos en una país autosustentable agrícolamente para no seguir dependiendo de los vaivenes internacionales y convertirnos en una potencia agroalimentaria. Chile tiene todo para dar un paso gigante en esta materia.
Si no fortalecemos la producción nacional seguiremos con la tendencia, cada vez más preocupante, de seguir dependiendo del exterior en un área tan sensible como la alimentación, algo que nos deja en una situación de enorme vulnerabilidad y tal como ya han adelantado muchos organismos internacionales, el fantasma del hambre es real, y nuestro país debe ser proactivo.
Ningún Gobierno ha querido asumir esta causa de verdad y con políticas públicas eficientes y directas. Estamos viviendo una crisis agroalimentaria de proporciones y las familias chilenas ya lo sienten. No nos podemos esconder más.
María José Gatica,
senadora por la Región de Los Ríos