Catástrofe arqueológica digital

A diez días de la oscura jornada del viernes 18 de octubre de 2019, el expresidente Sebastián Piñera realizaba un cambio de Gabinete para poder dar señales importantes en materia social. Uno de los principales cambios fue la salida del entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, quien sería reemplazado ―según la información de “La Copucha”― por el también UDI, Felipe Ward. 

Apenas se filtró el “supuesto” cambio, los que seguíamos en vivo la ceremonia en Palacio nos percatamos de que algo andaba mal: todos los nombres requeridos estaban en la sala, pero el presidente no llegaba; el ministro Ward texteaba, el ministro Blumel recibió una llamada telefónica, y los minutos pasaban; los ministros se miraban desconcertados, decisiones, decisiones, más decisiones, y seguían pasando los minutos; finalmente Blumel asumió el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, todo por un tuit de Felipe Ward del 2012 sobre Camila Vallejo.

Hace solo un par de días el ministro de Desarrollo Social, Giorgio Jackson, pidió que se dejara de hacer ‘arqueología de tuits’ de los actuales personeros oficialistas, porque “es una forma rebuscada de cómo invalidar el actuar del Gobierno”, esto luego de que los cibernautas encontraran en la red del pajarito azul comentarios como los de Nicolás Valenzuela en 2019: “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”, junto a cuatro emojis de corazones morados y la etiqueta #EvasionMasiva. Recordemos que durante las revueltas del 18-O (hace 3 años) fueron dañadas 118 estaciones de las 136 de la red del Metro de Santiago. Valenzuela fue nombrado miembro del Directorio de Metro por este Gobierno.

Entonces, cuando el ministro Jackson nos pide tener cuidado con el contexto para analizar el contenido del escrito, esto simplemente no se entiende. ¿Cómo más se puede interpretar el tuit anterior si no es como un apoyo directo al daño al Metro, además del propio sistema de recaudación del Estado, ni más ni menos?

Otro ejemplo es el ministro Nicolás Grau, quien tuiteó en 2021 “Pacos asesinos. El pueblo tiene todo el derecho a odiarles”. Facilitándole la pega a quienes siguen la tesis del ministro Jackson, he aquí el contexto: un malabarista callejero se negó a someterse a un control de identidad, amenazando a Carabineros con las dagas con que realizaba su show; ante el ataque, uno de los funcionarios de la Fuerza de Orden disparó quitándole la vida al joven; el carabinero fue finalmente sobreseído, pues el juez determinó que actuó bajo legítima defensa. El ministro Grau decidió saltarse la presunción de inocencia y publicar su opinión con la poca información que manejaba. Admitámoslo, poco criterioso.

Es cierto que varios personeros de este Gobierno pueden no compartir hoy el apoyo sistemático que han tenido respecto a la violencia, su ejercicio y su relativización, pero para demostrar ese arrepentimiento (bienaventurados) debiesen actuar en dirección contraria a cómo lo hicieron hace solo 3 años ―algunos menos… ministro Grau, 2021 fue el año pasado―. Solo así esta arqueología de tuit nos mostrará una representación del pasado, y no una advertencia del futuro.