Ahorro de energía, un deber de todos
En las empresas se puede ahorrar poniendo sensores de movimiento para encender luces, por ejemplo. Casi todo lo que funciona con electricidad puede optimizar su consumo, ya sea con tecnología o cambiando las prácticas de uso.
La energía en sus distintas formas ha sido un recurso imprescindible para el desarrollo humano, clave para su sobrevivencia y el avance de la tecnología, pero no debemos olvidar la importancia de su uso eficiente. A ello nos llama el Día Mundial del Ahorro de Energía, fecha que se instituyó para generar conciencia sobre el buen uso de los recursos, tanto los renovables como los no renovables, y cuáles son las consecuencias de su uso indiscriminado en el medio ambiente.
La energía permite producir un cambio en la materia y hacer funcionar las cosas: prender las luces, equipos o un vehículo, pero dependiendo de donde proviene son sus efectos para el entorno. Tenemos energías convencionales, que provienen de combustibles fósiles, carbón, leña; y la energía eléctrica generada por hidrocarburos, que produce contaminación y gases de efecto invernadero.
Actualmente a nivel mundial se están priorizando energías limpias, como la eólica, fotovoltaica e hidráulica, pero aún mayoritariamente se usan combustibles fósiles, por lo que es necesario ahorrar. Existen muchas medidas que van en favor del ahorro en casa, en las empresas y colegios: desenchufar artefactos, preferir ampolletas LED, usar de manera responsable los electrodomésticos, calefacción y ventilación, aprovechar la luz natural, usar iluminación artificial cuando sea necesario, calentar solo el agua que necesitamos. En las empresas se puede ahorrar poniendo sensores de movimiento para encender luces, por ejemplo. Casi todo lo que funciona con electricidad puede optimizar su consumo, ya sea con tecnología o cambiando las prácticas de uso.
Durante la pandemia se bajó en consumo mundial de energía en un 0,3%, es decir, es posible. Las condiciones están, todos somos responsables del uso racional de la energía. Existen lugares como los centros comerciales en los que el uso de luminarias es altísimo, también esos lugares deben ser parte del ahorro, así como edificios públicos y privados que tienen exceso de iluminación. Podemos y debemos ahorrar, es obligación y tarea de todos. Comencemos ahora, en un día como este.