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28 de Noviembre de 2022

Lectura bíblica para los camioneros del norte

Hoy es el serio y competente subsecretario del Interior Manuel Monsalve el que debe tratar de dar coherencia a las medidas de control y seguridad de un gobierno al que se le notan demasiado las costuras por todos los costados. 

Por Redacción EL DÍNAMO
¿Retirará el ejecutivo las querellas por Ley de Seguridad del Estado para llegar a un acuerdo? ¿O se empeñará en hacerlas cumplir? ¿Saldrá adelante el subsecretario Monsalve de este trance que él no creó? AGENCIA UNO
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Siembra vientos y cosecha tempestades. La Biblia tienes frases como ésta, que son sabios alcachofazos para cualquiera que se haya desbocado en sus reivindicaciones y demandas y que luego tenga que asumir la responsabilidad del buen gobierno, en el orden de materias que sea.
Hoy los intransigentes camioneros del norte atentan con su “movilización” (que contradictoriamente consiste en “paralizar” el país), lo que supuestamente persiguen: seguridad en las rutas del país y precios estables, no sólo del diésel, en un momento económico particularmente difícil, con una recesión ad portas. 

Su adolescente e irresponsable actitud es similar a la del joven activista Gabriel Boric y otros boys and girls equivalentes en su momento, que hoy son autoridad, y que legitimaron (o al menos no condenaron) la protesta violenta, tanto en la rebautizada Plaza Dignidad que pronto se convirtió en un páramo de desolación y anomia, como en la zona de la Araucanía, a la que gustaban de denominar wallmapu, mientras campeaban el terrorismo y la delincuencia en sus “territorios” (otra palabra de los tiempos).

La conocida cita –8.7– del profeta Oseas que está en el Antiguo Testamento abunda en la idea y dice así: “Porque sembraron viento, torbellino cosecharán; no tendrán mies ni su espiga hará harina; y si la hiciere, extraños la tragarán”.

Hoy es el serio y competente subsecretario del Interior Manuel Monsalve el que debe tratar de dar coherencia a las medidas de control y seguridad de un gobierno al que se le notan demasiado las costuras por todos los costados. 

Dura tarea. 

No es fácil imponer respeto y tener autoridad tratando de hacer cumplir medidas que los mismos que hoy las dictan, ayer –hace muy poco– abominaban: declaración de Estado de Excepción, aplicación de la Ley de Seguridad del Estado, respaldo explícito a Carabineros, Ley Aula Segura, sólo por mencionar algunos. Y más se dificulta el afán, cuando autoridades municipales, parlamentarias, partidarias de la coalición del gobierno, encaran al gobierno central, discrepando de sus decisiones. Por eso, hoy los camioneros se sientan en el piano, no les hace sentido la máxima del profeta Oseas, e insisten en sus reinvindicaciones con un tesón adolescente que no se condice ni con su edad ni con las condiciones del país. 

¿Retirará el ejecutivo las querellas por Ley de Seguridad del Estado para llegar a un acuerdo? ¿O se empeñará en hacerlas cumplir? ¿Saldrá adelante el subsecretario Monsalve de este trance que él no creó? ¿O seguiremos sin que el gobierno logre la solidez necesaria para tener un real control del orden público y detener la baja popularidad de Gabriel Boric, que es la manifestación más evidente de los vientos sembrados ayer, ahora traducidos en tempestades?  
 

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