De incendios e inmobiliarias
La enfermiza necesidad que tiene la izquierda gobernante de establecer un antagonismo contra los empresarios en cada circunstancia del acontecer político roza la inhumanidad cuando se expresa en momentos de tragedia.
Juan L. Lagos es Investigador Fundación para el Progreso
Como suele pasar con este tipo de tragedias, los incendios en Viña del Mar volvieron a traer a la palestra una serie de temas como la precariedad en la que viven muchos compatriotas, los evidentes déficits de desarrollo urbano que dificultan el trabajo de bomberos o la siempre latente amenaza de los incendios forestales causados en buena medida por la negligencia humana. Sin embargo, a cierta parte de la izquierda no se le ocurrió nada mejor que incorporar a coro el eventual beneficio que podrían tener las empresas inmobiliarias a raíz de estos sinestros.
En ese contexto, el gobernador de la Región de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, señaló: «Siempre hay mucha suspicacia de que, cuando ocurren estos incendios, inmediatamente se emplazan en nuestros territorios holdings inmobiliarios, los cuales construyen inmediatamente después de los incendios». Se trata a todas luces de una acusación infundada que desgraciadamente fue atendida por el presidente Boric, quien prometió dar urgencia a un proyecto de ley que declara «que los terrenos quemados no puedan ser vendidos después a las inmobiliarias».
Lo curioso es que el proyecto al cual hacía alusión el presidente Boric (Boletín n° 13.967-12) no establece una prohibición de venta de los terrenos siniestrados a las inmobiliarias, sino que dispone una serie de prohibiciones que bien podrían afectar a cualquiera que quisiera darle un uso distinto al que tenía el terreno antes del incendio. Más allá de la conveniencia y necesidad de establecer esta clase de impedimentos, conviene preguntarnos por la pertinencia tanto del anuncio del presidente como de las declaraciones del gobernador. ¿Era necesario sugerir una relación causal entre los incendios y las inmobiliarias? ¿Por qué concentrar los efectos de un proyecto de ley en solo una parte de los potenciales afectados?
La enfermiza necesidad que tiene la izquierda gobernante de establecer un antagonismo contra los empresarios en cada circunstancia del acontecer político roza la inhumanidad cuando se expresa en momentos de tragedia. Es insólito que esta monocorde actitud no se vea matizada ni siquiera cuando la ocasión lo exige de modo tan palmario.
Las últimas diligencias investigativas indican que el fuego se habría originado a raíz de un actuar negligente en un sitio eriazo comúnmente destinado al consumo de droga. De ser cierto, sería un triste ejemplo de la realidad que se busca ocultar a través de esa falsa épica en la cual los empresarios terminan siendo los culpables de todo. Mientras el Gobierno siga combatiendo gigantes imaginarios, por mal camino vamos.