La burla del Gobierno con los deudores del CAE
Prometerle a alguien de clase media que debe más de 30 millones y que gana 700 mil pesos que le condonarán su deuda, sin asegurar las condiciones para hacerlo, es algo totalmente insensato.
Karen Medina es diputada PDG
El Crédito Aval del Estado (CAE) fue para muchos la única oportunidad para poder cursar los estudios universitarios. Y en ese entusiasmo por estudiar una carrera y ser los primeros profesionales de sus familias, muchos jóvenes, hoy adultos especialmente de la clase media, se endeudaron. Y lo que en algún momento fue un sueño, con los años se ha transformado en una pesadilla.
Según el “Primer Informe del Crédito con Aval del Estado (CAE): Características de la población deudora e impactos”, cerca del 70% de los deudores del CAE, que aún se encuentra en etapa de pago, tienen ingresos en promedio inferiores a $750.000 mensuales. Asimismo, el 81% tiene ingresos inferiores a $1.000.000 y el 38% muestra ingresos inferiores a $250.000 mensuales. Mientras que, tan solo el 8% tiene ingresos superiores a $1.500.000. Esta realidad afecta mayormente a las mujeres, que equivalen al 57%, de las cuales el 72% gana menos de $750.000 mensuales en promedio, en tanto que el 40% de ellas percibe menos de $250.000.
A lo anterior, se le suma que cerca de un 23% de los deudores del CAE, no lograron terminar sus estudios por diversos motivos, por lo que se quedaron con deuda y sin título, lo que se refleja obvia en sueldos más bajos. Condonar el CAE se planteaba como una de las principales promesas en su campaña presidencial, del entonces candidato Boric. Hoy, como ya lo hemos visto reiteradas veces, muestra una nueva voltereta y afirma que “no es una prioridad”, burlándose de todos quienes tenían la esperanza de que su deuda fuera saldada.
Prometerle a alguien de clase media que debe más de 30 millones y que gana 700 mil pesos que le condonarán su deuda, sin asegurar las condiciones para hacerlo, es algo totalmente insensato. Los actores políticos que hoy conforman el Gobierno tienen la experiencia suficiente para comprender lo complejo que sería cumplir una promesa de esa magnitud. Sin embargo, lo apoyaron en su momento, y hoy, siguiendo la huella del Presidente, lo apoyan en su voltereta, dejando ver una falta de compromiso y seriedad abismante.
Nuestra clase media, quienes tienen esta deuda, se amarraron a esta promesa e hicieron de ella una ilusión que podría solucionar gran parte de sus problemas. Más aún, luego de este anuncio se vuelven a hundir en los intereses usureros que triplicaron el monto inicial.
Ante todo lo anterior, es imperante crear un plan responsable, cercano a la realidad, acotado, que permita que los deudores puedan pagar, pero la deuda real. La gente que está dispuesta a pagar, pero no estas deudas infladas de manera abismante.
Definitivamente, este fue un crédito mal calculado. Los intereses son codiciosos y de eso hay que hacerse responsable. La solución debe ser conversada no solo de forma popular, sino también con expertos y en eso existe la voluntad de forma transversal de algunos parlamentarios para encontrar una salida a esta problemática, pero de cara a la ciudadanía y no con falsas ilusiones.