Golpe a la democracia en el Maule
Nuestra democracia merece ser fortalecida y protegida, y eso solo sucederá cuando seamos capaces de exigir un sistema político más transparente, participativo y democrático.
Jorge Guzmán es sub jefe de la bancada de Evópoli
“La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes”, decía un escritor, sin embargo, en el Maule, nos toca obedecer y no votar soberanamente por nuestros representantes.
El nombramiento del hoy ministro Elizalde es un nuevo golpe a nuestra democracia, me pregunto qué pensarán los casi 31 mil maulinos que votaron por él, al ver como es reemplazado por Paulina Vodanovic sin mínima consulta, qué sentirán los compañeros de lista del PS y el PPD, quienes aportaron con casi 25 mil votos para su elección, qué sentido tiene ser representado por una senadora que no eligieron, que no conocen y que no tiene vínculo alguno con nuestra región.
Entendemos la urgencia del Presidente Boric por darle sustento a su debilitado Gobierno, igualmente es comprensible que recurra a las figuras de la antigua concertación para darle soporte a un gabinete que perdió el rumbo, con una agenda ficticia e incluso contraria a la razón. Sin lugar a dudas, la llegada del exsenador Elizalde al gobierno es un manotazo de ahogado necesario para darle sentido de realidad y viabilidad al agónico momento político del mandatario.
Lamentablemente, este tipo de nombramientos a dedo y entre cuatro paredes, no es algo nuevo en nuestro país, ya que está respaldado y preceptuado por el Artículo 51 de la actual Constitución, el cual establece que las vacantes de diputados y senadores se llenarán con el militante que elija el partido político al que pertenecía el parlamentario que dejó el cupo al momento de ser elegido. Me parece que esto es algo totalmente antidemocrático y perjudica aún más nuestro frágil sistema político, además, en el caso de los senadores, a diferencia de diputados, alcaldes, concejales, gobernadores regionales y consejeros regionales, la Constitución no les exige haber residido en la respectiva región durante al menos los últimos dos años previos a su elección, lo cual pasa por alto cualquier requisito de conexión territorial entre los representantes y los representados.
Es hora de que en el nuevo proceso constitucional estemos a la altura de las circunstancias, debemos exigir una democracia real, donde los ciudadanos tengan más poder y los políticos menos. Es momento de poner fin a los nombramientos a dedo que socavan la confianza de las personas en el sistema político y darles más herramientas a los ciudadanos para que puedan elegir a sus representantes de manera libre y soberana.
Nuestra democracia merece ser fortalecida y protegida, y eso solo sucederá cuando seamos capaces de exigir un sistema político más transparente, participativo y democrático.
En el Maule y en todo el país, es hora de darle voz a los ciudadanos y dejar atrás estas prácticas que tanto daño hacen a nuestra ya cuestionada democracia.