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Actualizado el 12 de Mayo de 2023

Un dolor invisible: Día Mundial de la Fibromialgia

Aunque todavía se desconoce su origen exacto, estudios sugieren que las personas con esta enfermedad pueden ser más sensibles al estrés crónico y experimentar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad.

Debemos recordar que la fibromialgia es una enfermedad real, aunque no podamos verla, y que el dolor tiene un componente psicológico que no lo hace menos real. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Alemka Tomicic y Alejandra Rossi es Académicas e investigadoras Facultad de Psicología UDP.

El 12 de mayo se conmemora el Día Mundial de la Fibromialgia, una enfermedad crónica caracterizada por dolor persistente y que afecta a entre el 3% y el 6% de la población mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, aunque ha sido reconocida como una enfermedad real por la comunidad médica, aquellos que la padecen a menudo enfrentan discriminación y escepticismo por parte de sus familiares, docentes o jefaturas, debido a la falta de signos físicos visibles o exámenes médicos que demuestren su afección.

El dolor crónico es una experiencia personal compleja que se ve afectada por factores biológicos, psicológicos y sociales. La neurociencia del dolor ha identificado varias áreas importantes relacionadas con el dolor crónico, como la sensibilización central y el papel de las vías neurales y la neuroplasticidad. En el caso de la fibromialgia, se cree que es el resultado de una interacción compleja entre factores neurofisiológicos y emocionales, siendo el estrés un aspecto central que conecta los erróneamente separados aspectos del cuerpo y de la mente en esta enfermedad.

Aunque todavía se desconoce su origen exacto, estudios sugieren que las personas con esta enfermedad pueden ser más sensibles al estrés crónico y experimentar problemas de salud mental, como depresión y ansiedad. Su tratamiento se orienta a combinar el uso de medicamentos para el alivio del dolor, kinesiología, intervenciones orientadas a la relajación como yoga y meditación, y la psicoterapia para el manejo de la ansiedad y la sintomatología depresiva.

Recientemente, se promulgó la Ley 21.531 de la Fibromialgia y de Dolores No-Oncológicos, que garantiza una atención oportuna y preferente a todas las personas que portan estas aficiones, y que insta al Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación a promover e incentivar la investigación intersectorial sobre estos problemas de salud. Pero, aunque este es un importante avance, se necesita más investigación y comprensión de esta enfermedad y de otros dolores crónicos.

Es importante desestigmatizar a las personas que presentan este diagnóstico y contribuir a su bienestar. Debemos recordar que la fibromialgia es una enfermedad real, aunque no podamos verla, y que el dolor tiene un componente psicológico que no lo hace menos real. Es fundamental además hacer adaptaciones en nuestro entorno para regular los montos de estrés, lo cual puede beneficiar a todos, no solo a las personas que sufren de dolor crónico.

Alemka Tomicic
Investigadora de Centro de Estudio en Psicología Clínica y Psicoterapia (CEPPS UDP) y del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (MIDAP)
Directora de la Escuela de Psicología UDP

Alejandra Rossi
Investigadora del Centro de Estudio de Neurociencias Humanadas y Neuropsicología (CENHN UDP)

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