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22 de Junio de 2023

Objetivos de desarrollo sostenible: sistematizando el futuro

El objetivo de esta columna es reflexionar en torno al aporte de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible, al logro de negocios más sostenibles y amigables.

Por José Navarrete Oyarce
AGENCIA UNO/ARCHIVO.
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José Navarrete Oyarce

José Navarrete Oyarce es director Magister en Tributación. Director Ingeniería en Administración de Empresas, Universidad Andrés Bello

No cabe duda de que el desarrollo sostenible es una prioridad, no solo a nivel económico-empresarial, sino que a nivel de países. Se sabe que la actividad económica sobre la base de una economía lineal está en decadencia, migrando a modelos más integrales de producción y consumo, como, por ejemplo, la economía circular.

En función de esto, el objetivo de esta columna es reflexionar en torno al aporte de los ODS, Objetivos de Desarrollo Sostenible, al logro de negocios más sostenibles y amigables.

En el año 2015, Naciones Unidas hizo un llamado mundial a los países miembros, a luchar contra la pobreza, protegiendo el planeta, de tal manera que, al 2030, la humildad gozara de un nivel bienestar superior. Con el afán que estas ideas no solo fueran buenas intenciones, se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, que, como indica el título de esta columna “sistematizan” lo que se espera del futuro.

Lo interesante de este planteamiento, es que no solo está orientado a los países que componen las Naciones Unidas, sino que fundamentalmente a las empresas que desarrollan sus actividades en la jurisdicción de la ONU. De esta manera, nacen iniciativas como Pacto Global, que articula los ODS entre sus empresas socias las que se comprometen a trabajar en torno al cumplimiento de los Objetivos que les puedan competir en función de su actividad específica. Estas empresas han entendido que el éxito no solo se mide por los resultados económicos logrados, sino que por la interacción de tres elementos: lo económico, lo social y lo medioambiental. Un negocio será atractivo, en la medida que logre equilibrar estos tres conceptos.

Para el caso chileno, juega también ha jugado un rol importante la Comisión del Mercado Financiero, que ha exigido a sus regulados, la revelación de aspectos de ESG (Environmental, Social and Corporate Governance) en sus memorias anuales.

Si bien esto puede parecer más propio de empresas industriales o que utilizan recursos naturales, el alcance de los ODS es transversal y pueden ser abordados por cualquier tipo de organización.
A modo de ejemplo, si se revisan las memorias de los bancos que cotizan en el IPSA, nos encontramos que se declaran 9 iniciativas relativas al ODS-8 Trabajo decente y crecimiento económico, 6 iniciativas referidas a los ODS-5 Igualdad de género y ODS-13 Acción por el clima. También se pueden apreciar cinco iniciativas relativas al ODS-10 Reducción de desigualdades y relacionadas al ODS-7 Energía accesible y no contaminante. Como se puede apreciar, a pesar de que el negocio de los bancos podría parecer estar muy alejado, por ejemplo, de las energías no contaminantes, financiar proyectos de energías limpias con tasas preferentes, se transforman en un apoyo indirecto al logro de esta meta.

Como reflexión final, la sostenibilidad no es tema solo de las empresas que contaminan o generan residuos, sino que es un concepto que debería estar inmerso en la estrategia de todas las empresas, independiente de su rubro. Todos los aportes sirven.

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