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24 de Junio de 2023

Cinismo al cuadrado

No puede ser, que no tengamos controles y que la plata de todos pueda tan fácil robarse, malversarse o derechamente malgastarse.

Por Christian Aste
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Christian Aste es Abogado.

El cinismo que fundó Antístenes (siglo V a. C.) y que se caracterizaba por rechazar los convencionalismos sociales y la moral comúnmente admitida, reconociendo como modelo a los perros («cínico», del griego «kyon», significa «perro») es una expresión que se reserva hoy para calificar a las personas que hacen lo contrario de lo que pregonan y/o declaran.

Resulta muy probable que la asociación de este nombre con esta conducta haya obedecido a que muchos de los que proponían una vida austera, similar a la vida frugal de los perros, no hayan resistido vivir de ese modo, y en algún momento hayan sido sorprendidos en más de alguna inconsecuencia y/o contradicción.

Aunque sabemos, desde que existimos, que la contradicción, la inconsecuencia, y la mentira son rasgos que nos caracterizan, y que nos distinguen de las otras especies, que se aceptan y asumen como son, es también característico de nosotros (los humanos) de creernos superiores y predicar para el resto lo que nosotros no hacemos. Es lo que hacían los cerditos comunistas del cuento de Orwell. Predicaban contra el abuso del Señor Jones. Pero, inmediatamente que tuvieron el poder, abusaron por lejos más que él. Lo hicieron, Interpretando las reglas, cambiando las comas, y complementando los mandamientos. No olvidemos que son reglistas y formales. Mismo mal de los nazis, su hermanito gemelo.

Sin embargo, y pese a la evidencia que parece existir, dificulto que las autoridades actuales hayan conformado un grupo de corporaciones y fundaciones con el propósito de recibir financiamiento estatal para apoyar sus ideas políticas. Me resisto a creer eso, tanto porque sería delito, como porque no creo que los mismos que pregonaban contra la desventaja que representaba competir en política, con quienes recibían aportes privados, hayan replicado en su beneficio el modelo, pero con el agravante de usar recursos públicos. Es cierto, que acá me contradigo, porque es de la esencia de los hombres mentir, y si algo ha quedado claro desde octubre del año 2019 (maldita fecha para el país) es que en Chile estamos llenos de cínicos (mentirosos, inconsecuentes y contradictorios) pero me pasa que aceptar eso, implica cerrar por fuera. No puede ser, que no tengamos controles y que la plata de todos pueda tan fácil robarse, malversarse o derechamente malgastarse. Si esto ocurre ya no solo en los Municipios, lo que ya es escandaloso, sino que se extiende a los ministerios, que dependen del Ejecutivo, mismo que reclama la aprobación urgente de una Reforma Tributaria, me parece el acabose. Considero por lo mismo, de una irresponsabilidad supina que, en este escenario, y asumiendo que es verdad que haya plata fiscal comprometida, el gobierno siga proponiendo cambios tributarios. Lo urgente en ese supuesto es primero clarificar la veracidad de lo que se denuncia, y acto seguido ordenar auditar las cuentas públicas. Insistir en una Reforma Tributaria, argumentando la necesidad de recursos, sabiendo o debiendo saber que hay plata y no poca, que está siendo robada, malversada y mal gastada por agentes del mismo Estado, implica obrar con un cinismo que yo calificaría al cuadrado.

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