Tecnologías, servicios de apoyo y accesibilidad para nuestra autonomía
Compartiendo experiencias junto a personas con discapacidad participantes del programa Vida Independiente y Desarrollo de la Autonomía de Fundación Vida Independiente Chile, quienes hemos tenido acceso a servicios de apoyo, coincidimos en algo: la asistencia personal nos ha cambiado la vida.
Jimena Luna Benavides es coordinadora de Proyectos en CEDETi UC y CIAPAT Chile
Conversando con mis compañeros y compañeras de la Asociación DIMUS, organización que reúne a personas con distrofia muscular, hemos llegado a una conclusión: usar silla de ruedas nos cambió la vida. Nos cambió la vida porque pudimos salir a vivir en nuestra comunidad, pudimos salir sin el miedo a caernos, pudimos salir del encierro en la casa; y cuando comenzamos a usar la silla de ruedas eléctrica fue aún mejor, logramos ejercer algo que por algún tiempo habíamos perdido: tener autonomía.
Compartiendo experiencias junto a personas con discapacidad participantes del programa Vida Independiente y Desarrollo de la Autonomía de Fundación Vida Independiente Chile, quienes hemos tenido acceso a servicios de apoyo, coincidimos en algo: la asistencia personal nos ha cambiado la vida. Nos ha permitido trabajar con más tranquilidad porque una asistente puede llevarnos al baño luego del almuerzo y ya no debemos “aguantar” todo el día; podemos planificar nuestras rutinas diarias, especialmente para levantarnos y asearnos; podemos tomar las decisiones sobre nuestras propias vidas. Nos tranquiliza que nuestras cuidadoras madres, hijas, hermanas, podrán recuperar su autonomía y retomar sus propias vidas.
Pero debemos tener algo claro: si bien las tecnologías de apoyo nos permiten recuperar funcionalidades y los servicios de apoyo son esenciales para desarrollar tareas, que de otra forma no podríamos hacer por nuestra cuenta, por sí solas no garantizan la inclusión, ya que es necesario un elemento fundamental en la interacción que una persona con discapacidad tiene con su entorno: contar con accesibilidad universal. Porque podemos tener la mejor silla de ruedas eléctrica, pero si no hay rampa en la esquina, no podré subir a la vereda y tendré que transitar por la calle, con el riesgo que eso implica. Porque si la micro del transporte público no tiene rampa, como habitualmente ocurre en las regiones de nuestro país, no podremos trasladarnos a nuestro lugar de destino, por más que tenga la mejor silla de ruedas o la mejor asistente personal.
Por eso es necesario que transitemos hacia políticas públicas que vinculen las estrategias que hoy en día se están diseñando, como son el Sistema Nacional de Ayudas Técnicas, el Plan Nacional de Accesibilidad Universal y el Sistema Nacional de Cuidados, porque son estos tres ejes, que con una implementación integral y haciéndonos partícipes a las propias personas con discapacidad, nos permitirán alcanzar una vida más autónoma y más independiente, especialmente a las futuras generaciones.