El rumor de Crispi
Cabe preguntarse con cierta lógica ¿si el “rumor” al que adujo Crispi, en la comisión, se produjo en una sobremesa con su tía?… ¡Y cuánto más sabe!
Patricio Gajardo Lagomarsino es analista político, historiador de la UC, magister en Estudios Internacionales de Universidad de Chile
Luego de un tercer llamado, y la sanción de la Contraloría, el jefe del Segundo piso: Miguel Crispi Serrano, un hombre clave en las definiciones estratégicas del gobierno y amigo personal de Boric, concurrió a la Comisión investigadora del Caso Convenios de la Cámara. Se había rehusado en dos oportunidades, por problemas de agenda e incluso el ministro de Justicia Luis Cordero, – había sacado del sombrero- un respaldo legal, aduciendo que por el tipo de contrato– a honorarios- no estaba obligado a asistir al Congreso, ya que la imperatividad sólo afectaba a los funcionarios públicos y el sr. Crispi no tenía esa condición. Interpretación desmentida por el Contralor, que dejó callado al ministro Cordero.
Miguel Crispi, uno de los cerebros del Frente Amplio (FA) hombre de contactos, sus correligionarios lo denominan “el Príncipe” y hasta el momento cumplía bien, sus labores de Jefe del Segundo Piso, que lo obligan a ser discreto, disminuir al máximo la presencia pública ,con llegada directa al presidente, debía incidir en las decisiones del mandatario, sin comprometerlo. Influir sin que se note.
Crispi había sido Jefe de la SUBDERE, en el período que se habían visado varios convenios, y un articulador clave en la designación de los seremis, por lo tanto, estallado el Caso Convenios, con la Fundación Democracia Viva, el 16 de junio de 2023, con la publicación de Timeline , una duda clave era cuando se había enterado Miguel Crispi, del caso, que involucraba transferencias de directa de dineros públicos sin boletas de garantías,-en el caso de Democracia Viva al ex seremi Carlos Contreras, a su representante legal Daniel Andrade y a la diputada Catalina Pérez; todos de Revolución Democrática (RD).
La negativa de Crispi a asistir en dos ocasiones, puso el foco de atención en el Jefe del Segundo Piso. ¿Qué es lo que sabe, y que no quiere decir? Y por qué hasta el gobierno lo protege para que no asista, considerando las declaraciones del Ministro Cordero.
El Jefe del Segundo Piso, ya había cometido un error, llamó la atención con su negativa a asistir a la comisión. Sus excusas hicieron que la prensa, como nunca, estuviera interesada en sus declaraciones. El presidente de la Comisión les hizo las preguntas de rigor, y entre ellas, una que era clave, ¿Cuándo supo usted de los traspasos de fondos a la Fundación Democracia Viva y cómo se enteró?
Crispi, particularmente nervioso, dio una respuesta confusa, señaló que se había enterado por un” rumor” a comienzo de junio- el caso estalló el 16 de junio- sin definir con claridad quienes le llevaron el rumor, pero descartando que hubiese algo escrito o un documento de alguna especie.
A pesar de que los traspasos habían desviado fondos, que iban a los sectores más vulnerables, para ocuparlos supuestamente con fines políticos o de aprovechamiento personal, lo que determinará el Ministerio Público. El supuesto rumor, que usó como excusa Crispi, para decir que se había enterado antes que estallara el caso, permitía excusarlo por no haber informado al presidente. Si era un rumor, no tenía razón de ser informar a nadie.
Pero el caso se complicó cuando el ex eeremi Carlos Contreras precisó que había recibido un mail de Verónica Serrano, que en ese momento trabajaba en el Ministerio de la Vivienda en la sección de “asentamientos precarios”, y que era ella la que lo había urgido a Contreras a ejecutar esos fondos a la brevedad. Contreras señaló que desmentía la tesis del “rumor” y que probará con documentos en la fiscalía su versión.
Por otro lado, el segundo apellido de Miguel: Serrano no es una mera coincidencia, éste es sobrino de Verónica la que tuvo una intervención directa en el traspaso de fondos. Cabe preguntarse con cierta lógica ¿si el “rumor” al que adujo Crispi, en la comisión, se produjo en una sobremesa con su tía?… ¡Y cuánto más sabe!