La ganancia de los perdedores
Porque el progresismo - perdedor actual en todos los ámbitos - profundamente infiltrado en el sistema judicial, logró inferirle una herida a una - si no la única - institución altamente apreciada por la mayoría del país, Carabineros de Chile: llevar al banco de acusados a su cúpula.
Tomás Szasz es filósofo.
Tanto en la guerra como en las lides políticas, los grandes perdedores solían ganar pequeñas batallas. Podemos llamar eso como la ganancia de los perdedores. Hoy quisiera dedicarme a los perdedores de turno en la política chilena, que han ganado una batalla en estos días. Triunfito, que a la larga se sumará a los errores, incidirá en sumarse a los hechos que los desplazarán con toda seguridad del poder en las próximas elecciones. Porque el progresismo – perdedor actual en todos los ámbitos – profundamente infiltrado en el sistema judicial, logró inferirle una herida a una – si no la única – institución altamente apreciada por la mayoría del país, Carabineros de Chile: llevar al banco de acusados a su cúpula.
Los acusadores de sus generales incluyendo a su comandante por faltar en el manejo de los eventos y haber intencionalmente maltratado, herido o asesinado a gente inocente durante los lúgubres eventos que siguieron lo que injustamente se llama estallido social del 18/19/2019, son los mismos que apoyaron sin miramiento a los de “primera línea” que incendiaron, destruyeron, dañaron bienes pertenecientes a todas y todos nosotros; que atacaron ferozmente, con intención homicida a los uniformados que intentaban restablecer el orden, frenar la violencia, despejar las calles de barricadas, proteger el Metro, las iglesias, los comercios, los semáforos y, naturalmente, a sí mismos.
Acusar de mal manejo de las situaciones a las autoridades superiores de Carabineros suena una barbaridad si solo tenemos en cuenta que mientras hubo unos 3.600 heridos entre manifestantes y delincuentes – pues atacar la autoridad con bombas molotov y hasta con armamento de guerra es delito – hubo 7.000 carabineros heridos por participantes en las protestas lo que significa casi 15 por ciento de la dotación total de la institución. O sea, por cada herido que la demanda responsabiliza a los generales, hubo dos uniformados heridos y por eso se quiere meter preso a sus superiores. Es rocambolesco.
Qué otra cosa puede suponerse que la intención de descabezar a la policía uniformada; debilitarla y desprestigiarla para darle aún más cancha libre al crimen organizado, al narcotráfico, importado ante todo de Venezuela, país dominado por el dictador Maduro; defendido a capa y espada por el PC, a pesar de las no-muy-convincentes críticas de su socio, el Presidente Boric; régimen apoyado sobre y financiado por el narco. Todos los cálculos, no importa la ecuación que quiere usarse llevan al mismo resultado: otra gota en el torrente de desestabilizar el régimen democrático para poder refundar el país. Es pura y sencilla matemática.
Al PC poco parece importarle que Gabriel reciba cada vez más y más golpes; finalmente fue el FA que le ganó la carrera presidencial a Daniel Jadue, su candidato y la venganza es dulce. Ese personaje que hoy ocupa la atención del país por varias acusaciones penales que parecen tener mucho más fundamento que las esgrimidas contra Yáñez y compañía. Ese personaje que según el presidente de su partido es inocente y más limpio que bebé recién bañado.
Bueno: los dos escándalos del día distraen bastante la atención de los problemas que el país está atravesando, incluyendo la mía al escribir este artículo. Entre tanto se nos están escapando las oportunidades de aprovechar el auge del litio y el hidrógeno por falta de regulación e iniciativas del ejecutivo mientras el legislativo se dedica a rencillas políticas, ambos totalmente desconectados de la realidad del país, de los problemas que acosan la población entera.
Me temo que en el fondo es ésta que se está también transformando en perdedora.