A buen entendedor, pocas palabras
En medio del incremento de la inflación, el alza del dólar, la crisis migratoria, la delincuencia desatada y el terrorismo en el sur (cada vez la macro zona es más grande), el Presidente de la República dejó de ser el Jefe del Estado, cargo para el cual fue elegido hace pocos meses, transformándose temporalmente en el abanderado de la campaña que busca imponer el texto elaborado por Atria, Stingo, Loncon, Linconao, Baradit y Politzer, entre otros. Ha pasado a encabezar un proceso de intervención electoral flagrante y desconocido entre nosotros. Después de declarar que ambas opciones eran igualmente legítimas, ha tomado partido por una de ellas, infringiendo abiertamente la Constitución y las leyes.
Resulta inaceptable que la Cámara de Diputados y el Contralor General de la República permanezcan en silencio. Este último parece haber abandonado sus deberes. Pero esto no es todo. El tono de la campaña del Apruebo, impuesta por el Presidente, el PC y el FA, resulta evidente: acusan a quienes estamos por el Rechazo de faltar a la verdad y, luego de hacerlo, evaden el debate de fondo y se refieren a “su texto como un cuento para niños, donde la Bruja Mala es la Concertación. Blanca Nieves se llama Camila Antonia Amaranta y el Principe Azul es eslavo y se llama Gabriel. Casi se me olvida, nos notificaron que no habrán cambios. Si hay que discutirlo, será después del
Rechazo.
¿Cómo será Chile si gana el Apruebo? La respuesta empieza a ser evidente. Ya lo estamos viviendo. La “cancelación” de Sergio Micco en el INDH es un buen ejemplo. Teniendo un voto más, serán capaces de hacer cualquier cosa. Será una nueva era, la de la asamblea germánica, tan añorada por quien se siente el nuevo Jaime Guzmán.
Jorge Eduardo Vives Dibarrart
Abogado.