Diabetes y el rol de la actividad física para su prevención
La diabetes es una enfermedad crónica que presenta una prevalencia del 12.3% a nivel nacional, valor que está por sobre el valor mundial (8,5%). Dentro de los factores de riesgo más determinantes para el desarrollo de la diabetes se encuentran: el IMC elevado, inactividad física y hábito tabáquico, los que lamentablemente en nuestro país tienen un alto porcentaje de prevalencia, siendo 74.2% en sobrepeso y obesidad, 86.7% en sedentarismo y 33.3% en hábito tabáquico, respectivamente (OMS, ENS 2016-2017).
Respecto a la diabetes mellitus tipo 2, esta corresponde a una condición de salud que se puede prevenir al controlar sus factores de riesgo. Se ha demostrado que existe una “ventana” de 10 a 15 años antes de que el sujeto debute con la enfermedad. Esto se evidenció en el estudio Diabetes Prevention Program, publicado el año 2015 en la revista Lancet, donde demostraron tras 15 años de seguimiento en casi 3.000 participantes que los cambios en el estilo de vida son la herramienta más eficaz en relación con la disminución de incidencia de la enfermedad, lográndose una disminución de 27%, resultado incluso mejor que el obtenido con el tratamiento farmacológico (18%).
En aquellas personas con diabetes también existen estrategias terapéuticas a través de la actividad física que logran mejorar el control metabólico y, por consiguiente, disminuir las complicaciones derivadas de esta enfermedad como son las enfermedades micro y macrovasculares. Uno de los indicadores más potentes del control metabólico en esta población es la hemoglobina glicosilada (HbA1c), parámetro que al ser reducido en un 1% de su valor, logra una disminución del 25% de lesiones microvasculares, y un 16% del riesgo de infarto (Castell C y cola 1999). En relación con el ejercicio, se ha demostrado que el entrenamiento físico aeróbico disminuye 0,60% la HbA1c y el de fuerza un 0,53% (Int J of behavioral Nutr and Physical activity 2018 15:72).
Por otra parte, surge una nueva condición negativa de salud asociada a las personas con diabetes tipo 1, que es ser diagnosticado con diabetes tipo 2, por lo tanto, conviven ambas enfermedades aumentando el riesgo de complicaciones. Se torna relevante entonces educar en la adopción de estilos de vida saludables en esta población.
Es por esto por lo que kinesiólogas y kinesiólogos tienen un rol fundamental en la prevención y tratamiento de esta condición de salud, ya que como especialistas en el movimiento humano somos los encargados de educar a la población sobre cómo aumentar los niveles de actividad física de manera segura.
¿Qué hacer entonces para prevenir la diabetes? la evidencia ha demostrado que cambios tan sencillos como el aumento en el nivel de actividad física de las personas al caminar más pasos al día (>7,000 pasos), pasar menos tiempo sentado (menos de 4 horas continuas) o bajar de peso (disminuir al menos el 5% peso corporal) logran prevenir la diabetes.
Daniela García, Astrid von Oetinger y Luz María Trujillo
Académicas de la Escuela de Kinesiología de la Universidad Diego Portales (UDP).