Partidos de oposición: viudos de poder (y de financiamiento)
“Estamos quebrados”. El diputado DC Fuad Chain es claro: la billetera de oposición es más escuálida que la del gobierno, y eso le afecta tanto al partido como a él directamente. La colectividad ya no recibe cuotas de ministros -que durante gobiernos pasados podían oscilar entre los $150 y $200 mil-, por lo que han tenido que aumentar las de los parlamentarios.
“Estamos quebrados”. El diputado DC
Fuad Chain es claro: la billetera de oposición es más escuálida
que la del gobierno, y eso le afecta tanto al partido como a él
directamente. La colectividad ya no recibe cuotas de ministros -que
durante gobiernos pasados podían oscilar entre los $150 y $200
mil-, por lo que han tenido que aumentar las de los parlamentarios.
“Antes, tanto diputados como
senadores pagábamos $150 mil -explica Chain-, pero hoy nos
descuentan $200 mil de la planilla”. Sin los ministros, los
intendentes y el resto de los cargos designados por el Gobierno, hay que potenciar el resto de fuentes de recaudación, abaratar costos e incluso repensar el sistema de
donaciones de particulares. Ignacio Walker, presidente del partido,
dice que incluso “estamos reformulando el sistema de
financiamiento. Queremos potenciar el cobro de cuotas mensuales que
se carguen automáticamente a la tarjeta de crédito”.
Hace sólo unos años, el 70% del presupuesto de la DC
venía de cuotas de funcionarios públicos. Y el gasto mensual era de
$25 millones. Hoy, a pesar de que algunos miembros de la
colectividad aseguran que el porcentaje es más o menos el mismo, y
el presupuesto mucho menos, ninguno de los entrevistados supo decir
cifras exactas. Algunos, inclusive, desconocían el nombre del
tesorero, David Guzmán, quien no estuvo disponible para hablar con
el equipo de El Dínamo.
En el PPD también reconocen una
disminución de recursos importante desde que dejaron el gobierno.
“Pero en el partido las finanzas siempre han sido muy precarias”,
dice el tesorero Luis Matte. Según él, han perdido un 15% de la
recaudación habitual con el cambio de gobierno.
Hoy, ser senador o diputado del PPD es
el negocio menos rentable en la oposición. El escaño en la Cámara
Alta significa un descuento de $350 mil mensuales de la planilla, y
el de la Cámara Baja se transa en $250 mil. Los cuatro senadores
PPD suman $1,4 millón, los 19 diputados aportan $4 millones 750
mil y, en total, $6 millones 650 mil pesos de los 15 millones con
los que funciona mensualmente el PPD vienen del Congreso. En la DC,
en tanto, entran $5,6 millones mensuales por concepto de cuotas
parlamentarias.
Desde la vereda de la
oposición, Matte dice que “es necesaria una modificación a la Ley
de partidos políticos”. Que “el Estado debiera dar una base
mínima de funcionamiento a las colectividades”, porque su falta de
aporte estatal “es vergonzosa e incluso peligrosa para la
institucionalidad”. Y cuando se le pregunta por qué no se discutió
dicha reforma cuando la Concertación era gobierno, explica que
“cuando el Presidente Lagos se juntó con Longueira por el
financiamiento de las campañas, no alcanzaron a conversar ese
punto”.
En el partido del ex
mandatario, definen la situación como “más holgada”. De hecho, la fortaleza patrimonial de los socialistas les ha jugado a su favor en tiempos de vacas flacas, a diferencia del PPD -de tardía creación- o de la DC que durante la Dictadura tuvo que seguir manteniendo sus propiedades pero sin tener ingresos por actividad política. Según
Álvaro Elizalde, vicepresidente del PS, influye que durante el gobierno militar no tuvieron que
mantener su sede -pues estaba confiscada- ya que, con el retorno a la
democracia, les devolvieron la propiedad saneada. Pero eso no los
inmuniza contra la pérdida de recursos. Ser un diputado socialista
será, a partir de diciembre, aún más costoso que serlo en la
bancada del PPD: $ 300 mil pesos mensuales. Lo que significa un
aumento del 50% a los $200 mil que les descuentan actualmente, por
decisión de la directiva.
Carlos Montes, diputado
socialista, no sólo repara en la cuota que se viene, sino en el peso
que se acarrea. Según él, el partido quedó “con una deuda de
campaña de $700 millones”. Y si a eso se le suma el gasto de los
traslados para el comité central, los seminarios y los viajes, el
aumento de $100 mil en la cuota parlamentaria parece no compensar la pérdida del
alero de La Moneda.
En el PPD lo tienen
claro. Sólo un viaje a Puerto Montt de su presidenta, Carolina Tohá,
le cuesta al partido $500 mil. Y “cuando no se está en el
gobierno -explica Matte, el tesorero-, aumentan los gastos; porque se
tienen que hacer más campañas, recorrer el país, participar en
seminarios y organizar congresos. Suben los costos y bajan los
ingresos”.
Al partido de la Tohá,
los $15 millones mensuales con los que se mantienen actualmente les
alcanzan “para vivir sin lujos”. “A puro café y azúcar”,
dicen en la sede de Santo Domingo. Y en la DC reconocen la misma
precariedad. Similar a la del universitario pobre o de una minipyme
recién partiendo. Según Chain, “hoy (ayer) no teníamos una
impresora que funcionara”.