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8 de Enero de 2011

Los 11 ritos que le garantizarán el éxito en la junta DC

¿Es usted un DC comprometido con ganas de participar con éxito en el debate de la junta del partido? Entonces, siga estas reglas de oro. No es seguro que le garanticen la ovación, pero por lo menos no lo sacaran del estrado antes de tiempo. 


1) Ante de que empiece la junta, debe tener inscrita su participación en la lista de oradores. Eso le asegura que antes de la medianoche, su interesante alocución será oída por el entusiasta público.

 

Por Redacción
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¿Es usted un DC comprometido con ganas de participar con éxito en el debate de la junta del partido? Entonces, siga estas reglas de oro. No es seguro que le garanticen la ovación, pero por lo menos no lo sacaran del estrado antes de tiempo. 

1) Ante de que empiece la junta, debe tener inscrita su participación en la lista de oradores. Eso le asegura que antes de la medianoche, su interesante alocución será oída por el entusiasta público.

 

2) Ya frente a la concurrencia, no se olvide de intercalar cada frase con el término “camarada”. Aquí es de mal gusto tratar al público de “señoras y señores”, “amigos” y menos “compañeros”. Siempre “camarada”.

 

3) Hable como si estuviera en una plaza pública. Con entusiasmo y mucho brío, en una de esas cae algún zorzal de los que conversan en los pasillos. Total para eso son las juntas.

4)  Si es persona de buen pasar económico, arrégleselas para que quede claro que siente culpa por ello, que su alma está con la clase media -aunque no haya visitado Ñuñoa hace una década- y deje establecido que siempre su opción son los pobres. 

5)  Jamás olvide empezar su discurso con un sentido homenaje a la santísima trinidad: Frei Montalva, el “hermano” Bernardo y Radomiro Tomic. No se le vaya olvidar alguna mención al Padre Hurtado (siempre saca aplausos). Ahora, si apela a Maritain o al Cardenal Silva Henríquez, mejor aún. Y si decide concluir sus palabras con la frase de Tomic “nadie es mas grande en el partido que el partido mismo”, la ovación está garantizada, aunque haya hablado de la siempre apasionante dinámica del voto comunal en regiones.

 7)  En algún momento, y da igual el tema que se esté tocando ya que es regla en cualquier discurso DC que se precie, no olvide recordar la gloriosa Reforma Agraria o, sobre todo, la promoción popular. Es la mejor prueba de que lo guía la sana doctrina. En estos tiempos no es bueno levantar sospechas.

8) Apele a su lucha contra la dictadura -aunque ella sólo haya sido una suscripción al diario La Época- y a su defensa irrestricta de los derechos humanos. Si además fue víctima de persecuciones o estuvo preso ya tiene el pasaporte automático a la idolatría de la junta. 

9) De un tiempo a esta parte, es aconsejable criticar a los gobiernos de la Concertacion que mantuvieron “el modelo”, incluso si usted fue ministro e impulsor del modelo (con un poco de suerte, ya nadie se acuerda).  De paso, manifiéstese absolutamente descontento con el individualismo y el consumismo de la sociedad actual. Diga que el peor signo de nuestra decadencia es que la gente vaya al mall en vez de a misa el domingo.

 

10) Un olvido que puede salirle caro es no despotricar contra el Gobierno y la derecha (aunque hubiese aceptado encantado una embajada de Piñera). No vaya a ser que lo tilden de momio o de traicionar a la Concertacion. 

 

11) Condene con energía el lucro, la salud particular y la educación privada aunque en su vida haya pensado en dejar la Isapre o que hijos o nietos pisen colegios subvencionados.

 

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