Testimonio desde el interior del bloqueo en Magallanes

“La semana pasada  –según lo acordado– partí con tres amigos “nortinos” a mostrarles las maravillas de mi región de Magallanes: Torres del Paine, Puerto Natales, Punta Arenas y alrededores. Es decir, todos aquellos lugares que son apreciados más por foráneos que por los propios chilenos, y que hacen de mi Patagonia uno de los lugares más bellos del planeta”.

 

 

“Luego de –por lo menos-, haber conocido las bondades del Parque Nacional Torres del Paine, el bloqueo de carreteras, que comenzó el miércoles 12 de enero, nos sorprendió de regreso a Puerto Natales. Allí la Asamblea Ciudadana, hay que decir que muy amablemente, nos “invitó” a dejar el jeep arrendado en el camino, y pasar el bloqueo caminando con nuestros bolsos, para llegar a la ciudad. Lo anterior se tradujo en que la estadía en la capital de la Provincia de Última Esperanza se alargara de una a cuatro noches y un día, sin poder siquiera conocer Punta Arenas“.

 

“Las razones del paro magallánico no sólo obedecen a la anunciada alza del gas. Restringir las protestas de la ciudadanía a dicho reajuste es ser tan simplista como desconocedor de la realidad patagona. Durantes años, ningún Gobierno (ni de izquierda, derecha ni menos los militares), ha tratado de entender cómo funciona la región más aislada del país, dónde la lechuga se vende por kilo, donde no existe el verano como estación propiamente tal, y donde sus habitantes, antes de declararse chilenos, se autodenominan magallánicos de tomo y lomo“.

 

“Frente a ese cúmulo de causas y razones, lo menos que pudo haber previsto el Gobierno era una reacción de tamaña magnitud, frente a un tema tan sensible como el abastecimiento del gas, precisamente en la región donde el gas se ha encontrado de preferencia en nuestro país”.

 

“Efectivamente, la forma en la que el Ejecutivo definió el alza y peor aun, la forma en cómo la comunicó –gracias a la Ministra vocera y al ex Ministro de Energía, que en este tema han tenido menos tino y cuidado que hipopótamo en campo minado-, indudablemente causaron la reacción de la población que vio de qué manera sus derechos adquiridos sobre tarifas preferentes del vital consumo se esfumaban tan rápidamente como las promesas de campaña del Presidente Piñera”.

 

“De ahí en adelante la historia es conocida, pero no es malo recordar y esclarecer cómo se vivió inside Magallanes, dicha odisea. Que por cierto, aún no termina”.

 

“El Gobierno ha hecho todo –o casi todo-, mal. A las declaraciones de la Ministra Von Baer y del ex Ministro Raineri (para quien, las tarifas preferenciales eran una “fiesta”), se suman las pocas declaraciones que hizo la Intendenta regional –máxima autoridad de Gobierno en la región-, y que sólo apuntaban a su preocupación por la imposibilidad de acceso de turistas al Parque Nacional Torres del Paine (entendible preocupación, si se tiene en cuenta que ella es propietaria de la Hostería Las Torres, una de las tres más grandes al interior del Parque Nacional). Nada más que eso. De ahí en adelante, la Intendenta sólo se vio como una edecana del Subsecretario del Interior y me imagino que ahora se encuentra en las mismas funciones con el Biministro Golborne. Aporte: Cero. Del Gobernador de Última Esperanza… la gente ni siquiera conoce su nombre”.

 

“Luego del bloqueo, las autoridades demoraron más de dos días enteros en organizar la evacuación de turistas, sin siquiera tomar decisiones que impliquen o el desbloqueo de caminos, o bien del diálogo real y sujeto a transar en la aplicación de las medidas impuestas desde Santiago. Frente a dicha falta de soluciones, ni lo uno ni lo otro. Los bloqueos continuaron y el problema fue creciendo”.

 

“Jurídicamente, nos encontrábamos literalmente en un secuestro de miles de turistas que no podíamos salir de las ciudades bloqueadas, y frente a esa situación, el Gobierno no tomó medidas de orden. Raro, ¿no? Sobre todo al tratarse de un gobierno de derecha. Imaginemos que la misma situación de caos le hubiera sucedido a la ex Presidenta Bachelet, a quien el cartel de “mano blanda” o de “falta de autoridad” aún le penan hasta el día de hoy por los dardos enviados desde la entonces oposición“.

 

“Esa fue la paradoja. Un sector político que se enorgullece del orden, de no repetir escenas de ingobernabilidad de otros gobiernos, y que frente a la menor protesta despliega caballeros verdes por el centro de Santiago, o la Araucanía o en Isla de Pascua, en este caso enmudeció. Quizás lo que opinarán turistas europeos vale poco y nada, ya que mal que mal, no votan. Además, escenas como estas, son casi frecuentes para ingleses, noruegos o suecos, amantes del turismo aventura en el tercer mundo”.

 

“Escribo este análisis desde Santiago, gracias a que la Cruz Roja levantó un albergue en la Escuela “E N°3” de Puerto Natales. Gracias a que la Fuerza Aérea permitió la evacuación de cientos de turistas encerrados en Puerto Natales, y gracias a una “ventana” de la Asamblea Ciudadana de Magallanes, que permitió el libre tránsito de autos dentro de la región bloqueada, de las 18 a las 24 horas del domingo 16“.

 

 

 

 

 

“Pese a lo anterior, el problema sigue y la solución será aquella que pueda entender a la región, más allá de subir o mantener la cuenta del gas. Mientras tanto, más de dos mil turistas se van con la sensación de una “chilean way” falsa, que sólo respondió a una estrategia de marketing puntual gracias a los 33 mineros. Un espejismo que no borrará de la mente de los turistas que frente a problemas de fondo, somos tan latinoamericanos y tercermundistas como cualquiera de nuestros vecinos”.

 

“Esperemos que si el Ministro Golborne subió como la espuma en las encuestas, gracias a la compañía que hizo de las mujeres de los mineros, ahora pueda de verdad resolver el problema ya no de 33, sino que de más de 150 mil magallánicos. Esta será la hora de su verdad”.

 

 Christian Vidal es abogado y vive en Santiago.