Detalles del original estudio que cuestiona influencia de Internet
Un estudio publicado hoy en la revista Science Express, realizado por investigadores de España y EE.UU., desmitificó el papel que juega internet en la era digital, dominada aún por sistemas más tradicionales de comunicación como la televisión.
El informe, "The world's technological capacity to store, communicate and compute information", tomó como referencia el período comprendido entre 1986 y 2007, año en el que el 94% de los datos almacenados en todo el mundo estaban ya en formato digital.
Un estudio publicado hoy en la revista Science Express, realizado por investigadores de España y EE.UU., desmitificó el papel que juega internet en la era digital, dominada aún por sistemas más tradicionales de comunicación como la televisión.
El informe, “The world’s technological capacity to store, communicate and compute information”, tomó como referencia el período comprendido entre 1986 y 2007, año en el que el 94% de los datos almacenados en todo el mundo estaban ya en formato digital.
Entre las conclusiones destacó el hecho de que hasta 2007 más de un 96% de la información que se transmitía en el planeta correspondía a sistemas unidireccionales como la televisión, mientras que los bidireccionales suponían poco más de un 3%.
Una situación que a juicio de Martin Hilbert, economista de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles (USC) y coautor del estudio junto a la investigadora Priscila López de la Universitat Oberta de Catalunya, en España, está cambiando paulatinamente.
“Internet se usa una media de 90 minutos al día por persona, pero el usuario solo comunica 9 minutos y la televisión está encendida unas 3 horas diarias, aunque cada vez más el televisor está convergiendo a internet. La comunicación bidireccional está creciendo 5 veces más rápido que la transmisiones en un solo sentido”.
Aunque se reconoce el potencial de la red de redes, Hilbert insistió en que internet no está preparado aún para un uso masivo y simultáneo ya que “se colapsaría igual que ocurre con la telefonía móvil en Nochevieja”.
El documento fijó 2002 como el principio de la era digital al determinar que fue entonces cuando la capacidad de almacenamiento digital superó al analógico.
En 2007, la humanidad podía guardar en torno a 295.000 millones de gigabytes, un volumen de información que requeriría para su archivo físico tantos CD que si se apilaran uno encima del otro la torre resultante sobrepasaría la distancia que hay entre la Tierra y la Luna.
“Nuestra capacidad de almacenamiento se duplica cada tres años y 4 meses, por lo que a día de hoy se podrían extrapolar las cifras de 2007 y decir que se puede almacenar unos 600.000 millones de gigabytes”, explicó Hilbert.
Durante las dos décadas analizadas la capacidad de computación mundial creció un 58%, 10 veces más que el producto interno bruto (PIB) estadounidense, con una tasa de incremento de las telecomunicaciones de un 28% anual, por un 23% del espacio de almacenamiento.
El informe determinó que, aunque el ser humano tiene más capacidad para comunicar que para almacenar, durante los últimos años se ha incrementado considerablemente el espacio existente para archivar datos.
“Si en 1986 hubiéramos intentado guardar toda las emisiones por señal de radio y televisión distribuidas en el planeta, en dos días habríamos agotado el almacenamiento. Hoy nos demoraríamos 2 meses sin tener que empezar a borrar para seguir grabando”, manifestó.
A pesar de la proliferación de centros de datos de gran capacidad construidos por Microsoft o Google y el florecimiento de la llamada computación en la nube, Hilbert insistió en que solo el 8% de la información mundial está alojada en internet.
“La gran mayoría de los datos están guardados en ordenadores personales, un 42%, y el principal tráfico en internet es el que se produce entre discos duros, no desde los servidores”, afirmó.
Hilbert matizó el progreso tecnológico y aseguró que aún queda mucho camino por recorrer para acercarnos al desarrollo de los sistemas naturales.
“El número de impulsos nerviosos generados por el cerebro de una persona por segundo es igual al número de instrucciones que pueden crear en ese mismo tiempo los ordenadores mundiales. En nuestro código genético hay almacenada 300 veces más información que la que tecnológicamente se puede guardar hoy”, añadió.