Ya puede terminar de completar su traje-robot
El casco que lee la actividad cerebral, desarrollado por el profesor Yoshiyuki Sankai, fue mostrado al público por primera vez durante un foro internacional organizado por Cybernics para explorar las aplicaciones de la robótica en la medicina y la rehabilitación.
El casco que lee la actividad cerebral, desarrollado por el profesor Yoshiyuki Sankai, fue mostrado al público por primera vez durante un foro internacional organizado por Cybernics para explorar las aplicaciones de la robótica en la medicina y la rehabilitación.
La interfaz se coloca en la cabeza del paciente y, a través de tecnología óptica, mide las señales del cerebro y las transmite a un ordenador que las interpreta, tal y como mostró Sankai en una futurista demostración ante unos 500 asistentes al foro.
El “casco” está pensado para ser utilizado a la vez que el traje robot, con lo que permite medir el efecto en el cerebro de ciertos ejercicios físicos, de la misma forma en que lo haría una resonancia magnética. Para desarrollar esta tecnología Sankai ha invertido tres años, y aunque el presentado hoy es un prototipo, está previsto que este mismo año se hagan algunas pruebas en hospitales y el año próximo se simplifique para su eventual comercialización.
En el foro Cybernics presentó además las últimas versiones de su conocido traje-robot, una especie de esqueleto externo cibernético cuyo objetivo es facilitar los movimientos de ancianos y disminuidos físicos.
Bautizado como Hal y presentado por primera vez hace tres años, este invento permite a los usuarios aumentar su fuerza de forma considerable, y se utiliza ya para labores de rehabilitación en hospitales de Japón, además de en algunos centros de Suecia y Dinamarca y, próximamente, de Alemania.
El profesor Sankai mostró las últimas versiones de este traje, que, explicó, “ha mejorado su tecnología interna” y su sistema eléctrico y mecánico, lo que entre otras cosas lo hace más ligero. Entre los avances, se ha logrado además fabricar una pareja de trajes-robot que pueden interactuar entre sí.
Es decir, si un fisioterapeuta se enfunda uno de ellos y mueve, por ejemplo, una pierna, el paciente sometido a rehabilitación (y enfundado a su vez en el otro traje-robot) recibe el impulso de levantar la suya de forma simultánea, explicó.
En Japón un total de 65 hospitales utilizan el traje-robot Hal, que la empresa Cyberdyne, encargada de comercializar el invento de los laboratorios Cybernics, alquila por cerca de 1.700 dólares al mes.