Fondo Social de la Presidencia: la caja pagadora de los votos en el Congreso

Era tarde. Entrada la madrugada del 18 de noviembre y, entre la Concertación y los parlamentarios de  gobierno, aún en el Congreso, los ánimos estaban crispados. Se definía el Presupuesto 2011 y la aprobación de cada partida se decidía voto a voto. Los recursos para el Fondo Social Presidente de la República desataron uno de los conflictos.

La Concertación quería inflingir una derrota al gobierno rechazándolo, y, en ese minuto, tenía la posibilidad de hacerlo. Pero en el conteo de votos, sorpresivamente el tablero se dio vuelta cuando la oposición constató que los diputados radicales salieron de la Sala. Sólo quedó el diputado por el Distrito Seis, Alberto Robles. Él, con evidente incomodidad, escuchaba las acusaciones a viva voz de sus pares: “¿Cuántos fueron los fondos sociales?”, le gritaban desde sus pupitres varios PS y algunos DC.

La frase alude al cuestionado método de asignación de los $ 3.770 millones del Fondo Presidente de la República, cuyo destinatario único son las organizaciones sociales de extrema pobreza a lo largo de todo el país. Pero que, a su vez, tiene varias vías para llegar a ese destino: las intendencias, las gobernaciones, la postulación online y, muy informalmente, los parlamentarios. Ellos, cuando facilitan  la entrada de recursos a estas organizaciones, reciben de vuelta el protagonismo en las ceremonias de corte de cinta.

En los pasillos del Congreso se ha ironizado por años con la figura del llamado “hombre del maletín”, en referencia al funcionario del gobierno de turno que, previo a votaciones claves, aterriza en el edificio de Valparaíso para negociar, convencer e incentivar el voto en una u otra dirección.

“Lo del hombre del maletín es viejo. De hecho, yo diría que ahora tenemos al hombre de la maleta con ruedas”, dice el diputado DC Pablo Lorenzini, quien abiertamente reconoce el uso discrecional de los fondos sociales. “Efectivamente, uno puede decir que tienen un sesgo. A veces sirven para agradecer y compensar apoyos y respaldos. Ha sido así también en los gobiernos de la Concertación”, agrega.

Si bien la administración de dichos fondos es responsabilidad de la Subsecretaría del Interior, que encabeza Rodrigo Ubilla, es tradición -de este gobierno y de los concertacionistas- que un representante de La Moneda actúe como vínculo entre ésta y los parlamentarios. Fuentes de la oposición y de los partidos de gobierno aseguran que ese puente hoy lo extiende el subsecretario de la Secretaría General de la Presidencia, Claudio Alvarado, que en su calidad de ex diputado tiene relaciones fluidas con los parlamentarios de Concertación y de gobierno. Desde Palacio, sin embargo, niegan esa gestión.

El total de  los recursos asignados para este ítem en 2011 son $ 3.770 millones. Bastante menos que el presupuesto aprobado en el último año de gobierno de Michelle Bachelet,  que fue de $ 4.822.754.000 -del cual se ejecutó un 91%, equivalente a $ 4.394.245.700. Y, como explica la encargada de la Oficina de Fondo Social del Ministerio del Interior, Cecilia Powell, “están divididos en dos áreas: una de fondos desconcentrados, que son canalizados a través de intendencias y gobernaciones en base a proyectos presentados por organizaciones sociales a nivel regional o provincial, y otra de un fondo nacional, al cual tienen acceso instituciones de Santiago y de provincias”.

Sin embargo, todos se administran desde Santiago. Desde el 5º piso de Agustinas 1235, donde Powell comparte oficinas con el Conace y la nueva Subsecretaría de Seguridad Pública. Y aunque ella asegura que “nunca había escuchado”  la caricatura del “hombre del maletín”, sí reconoce que más de una vez ha recibido llamados de parlamentarios “solicitando información respecto del destino de algunos proyectos que se habían presentado”.

“Voto bisagra”

Entre los parlamentarios de gobierno y oposición se apuntan con el dedo. Los primeros sostienen que hoy el tema está claramente más normado, y aseguran que fue durante la administración de Bachelet y sus antecesores cuando más se utilizaron estos recursos como forma de incentivo para el voto en Sala.

Los segundos, en tanto, afirman que en estos 12 primeros meses de “la nueva forma de gobernar” se ha abusado de la discrecionalidad en la entrega de fondos. “Yo soy nuevo, a mí no me tocó. Pero hay harto colega acá que corta cinta con mucha frecuencia”, dice un senador concertacionista.

¿Quiénes son los más beneficiados? Tanto en la oposición como en el gobierno, coinciden en que son los “votos bisagra”, de cuya inclinación depende la  aprobación o el rechazo de proyectos clave. Los radicales, los independientes y también los parlamentarios con relaciones más fluidas con el Ejecutivo.

De hecho, el punto es motivo de bromas en la comisión de Hacienda. Cada vez que el independiente Miodrag Marinovic inclina su votación hacia el gobierno, los diputados de la Concertación le preguntan con ironía: “¿Cuántos juegos de camiseta te trajiste?”.

La dispar distribución de los recursos queda en evidencia a través de las cifras oficiales del gobierno, a las que tuvo acceso El Dínamo (ver recuadro). Y aunque la “vía parlamentaria” no es la única forma de acceso a los fondos, asoman varias coincidencias.

En la III Región, por ejemplo, divida entre los Distritos 5 y 6 -y representada por los senadores Isabel Allende y Baldo Prokurica-, se asignaron fondos para 59 proyectos. Más de $ 123 millones. Y de ellos, $ 82.156.705 se asignaron a Vallenar, comuna del Sexto Distrito, donde están los diputados Alberto Robles (PRSD) y Giovanni Calderón (UDI). El rango del resto de los fondos para la región, varía entre $ 791.390 y $ 16.041.059.

En la VI Región, donde se mantiene el balance gobierno oposición con los senadores Juan Pablo Letelier (PS) y Andrés Chadwick (UDI), el monto total asignado es $ 163.618.165, a repartirse entre 114 proyectos y 29 comunas. San Fernando, del Distrito 34 -representado por el UDI Javier Macaya y la PRI Alejandra Sepúlveda- se adjudicó el monto más alto de toda la región: $ 53.598.161, a utilizarse en nueve proyectos. En contraste, Rancagua, del Distrito 32, obtuvo poco más de $ 22 millones para 37 organizaciones sociales.

Más al sur, en la X Región, la cifra para 164 proyectos asciende a $ 652.360.400. El Distrito 58, con 11 de sus 15 comunas beneficiadas por fondos sociales -y representado por el DC Gabriel Ascencio y el RN Alejandro Santana-, obtuvo $ 259.454.620. Las comunas de Ancud y Hualaihue, con $ 91 y $ 77 millones respectivamente, figuran entre las tres zonas con más fondos asignados.

En la misma región -representada también por los senadores Camilo Escalona (PS) y Carlos Kuschel (RN)-, la comuna de Calbuco se adjudicó $ 115.281.600, a repartirlos sólo entre ocho proyectos. Ahí los diputados electos son la UDI Marisol Turres y el DC Patricio Vallespín.

Y en la Región Metropolitana, de los más de $ 720 millones que se repartieron entre 349 comunas, La Reina -con el diputado PPD Enrique Accorsi y la diputada oficialista María Angélica Cristi- tuvo la asignación más alta: $ 57.441.329 para tres proyectos. En la representación senatorial de la región, en tanto, la balanza es equitativa entre gobierno y oposición: el UDI Pablo Longueira y la DC Soledad Alvear representan a la circunscripción de Santiago Oriente, y el UDI Jovino Novoa y el PPD Guido Girardi a la de Santiago Poniente.

El jefe de la bancada de diputados DC, Patricio Vallespín, explica que “de alguna u otra manera, se mantiene una extrema arbitrariedad en la asignación de recursos”. Y que, por esa misma razón, en la votación del Presupuesto 2011 plantearon que se pudiese precisar un mecanismo de postulación.

El diputado UDI, Gonzalo Arenas, en tanto, reconoce que ha hecho gestiones para la obtención de fondos para las organizaciones de sus comunas. “Yo, generalmente, presento los proyectos y me los aceptan. La verdad es que tengo un asesor que me ayuda a hacerlos. Algunos me los aprueban, otros no. A mí no me consta que tengan un uso político”, dice.

RECUADRO:

Comunas con mayores aportes de dinero:

Proyectos en algunas ciudades víctimas del terremoto: