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30 de Marzo de 2011

“Infierno en la torre”: impactantes revelaciones del incendio en la cárcel de San Miguel

Testimonios inéditos e imágenes hasta el momento nunca exhibidas del interior de la Cárcel San Miguel presentará esta noche el programa  Informe Especial, de TVN.

 

Infierno en la torre” se llama el registro, al que tuvo acceso El Dínamo, donde se reconstruye la historia del incendio que la madrugada del 8 de diciembre del año pasado cobró la vida de 81 reclusos.

 

Por Francisco Valenzuela Huerta
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Testimonios inéditos e imágenes hasta el momento nunca exhibidas del interior de la Cárcel San Miguel presentará esta noche el programa  Informe Especial, de TVN.

 

Infierno en la torre” se llama el registro, al que tuvo acceso El Dínamo, donde se reconstruye la historia del incendio que la madrugada del 8 de diciembre del año pasado cobró la vida de 81 reclusos.

 

La investigación revela que el recinto penitenciario, donde hasta ese momento había 1850 prisioneros, contaba en el momento de la tragedia con 11 gendarmes de guardia, mientras otros 15 dormían. Algunos de los reos estaban ebrios tras ingerir chicha artesanal, producida con azúcar, frutas y verduras fermentadas.

 

Pese a las prohibiciones del penal, se estableció que al momento en que se inició el incendio el recluso Alan Ñanco había consumido cocaína, además de varios cigarrillos de marihuana. Él, junto a otro de los reclusos, Juan Escanilla, a las 4 y media de la mañana iniciaron una riña, que terminó con el uso de un rudimentario lanzallamas, hecho con un balón de gas de 15 kilos y una manguera

 

A pesar de que los vecinos del penal aseguran que hubo gritos durante toda la noche previa al desastre, los vigilantes de muro aseguran que no escucharon nada. Investigaciones de Bomberos indican que en el cuarto sur de la torre cinco, a las 6 de la mañana, la temperatura alcanzó los 700º celsius.

 

José Hormazábal, teniente del penal y ahora con firma quincenal y arraigo nacional, cuenta que en el minuto en que llevaron las mangueras de la red seca del edificio, según lo establecido en el plan de emergencias, “no salía nada (de agua). Lamentablemente yo no tenía conocimiento de que las redes secas estaban malas”. Recién un cuarto para las 6 de la mañana llegó un oficial con equipo para extinguir las llamas, pero de poco sirvió.

 

El reo Marcelo Vega, preso por no pagar una multa de 1 UTM y media, se escondió en el baño del cuarto piso junto a 15 otras personas. Pensaron que el agua podía ayudarlos a sobrevivir frente al gas y el fuego. Vega fue el único que sobrevivió.

 

El perito de la Policía de Investigaciones, Víctor Pulgar, acostumbrado a ver cadáveres, se mostró absolutamente impresionado por el resultado del incendio. “Jamás me había tocado ver todos esos cuerpos en un mismo lugar y en esa cantidad”, afirmó el perito. Se demoraron 4 horas en identificar 31 de los cuerpos.

 

Sólo en 130 metros cuadrados se encontraban 71 reclusos, además de muchísimas frazadas y colchones utilizados para separar ambientes. Si bien estas mismas mantas eran de combustión lenta, al quemarse liberaron monóxido de carbono, un gas altamente tóxico. El perito químico Leonel Liberona dice que este gas “desplaza al oxígeno, y la persona puede morir en un par de minutos”.

 

Los gendarmes Fernando Orrego, Francisco Riquelme y José Poblete, ahora en prisión preventiva, se defienden diciendo que no escucharon los gritos de auxilio. A pesar de todo, Orrego reconoce que estaba escuchando música en altavoz desde su celular, para así aguantar mejor su ronda por las paredes del penal, a pesar de que está prohibido.

 

Los gendarmes habían bebido

 

Incluso, 6 horas antes del turno, tanto Riquelme como Orrego bebieron una cerveza durante la cena y un vaso de ron después. Sin embargo, investigaciones de Gendarmería muestran que ninguno de ellos tenía grado alcohólico al inicio del turno.

 

Como la institución es grande, se corta por el hilo más delgado. Nosotros, los del muro, somos el hilo más delgado”, asegura Orrego.

 

El Fiscal de la zona sur, Alejandro Peña, encargado de la investigación, asegura que “de acuerdo a los antecedentes investigativos, hicieron omisión a los gritos de auxilio y no alertaron sobre la alerta que estaba ocurriendo”, ya que los peritos demostraron que los gritos podrían haber sido escuchados fácilmente por cualquier persona con el 100% de su audición.

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