Cardenal Medina y caso Karadima: "un muchacho de 17 años sabe lo que hace"
El cardenal Jorge Medina se refirió a las acusaciones por abusos sexuales contra el sacerdote Fernando Karadima y al fallo eclesiástico que lo condenó a vivir en en una vida de oración y penitencia.
Medina dijo que en la actualidad “un muchacho de 17 años sabe lo que hace”, haciendo clara referencia a la edad de las víctimas que acusaron a Karadima en la justicia eclesiástica como en el civil.
El cardenal Jorge Medina se refirió a
las acusaciones por abusos sexuales contra el sacerdote Fernando
Karadima y al fallo eclesiástico que lo condenó a vivir en en una
vida de oración y penitencia.
Medina dijo que en la actualidad “un
muchacho de 17 años sabe lo que hace”, haciendo clara referencia a
la edad de las víctimas que acusaron a Karadima en la justicia
eclesiástica como en el civil.
Agregó que un menor de edad “es
alguien que no haya cumplido los 18 años. Sin embargo, y con el
debido respeto a las leyes de mi país, es muy distinto un niño de
ocho años o nueve años que uno de 17”.
Sobre las diferencias entre los dos
tipos de justicia, el cardenal sostuvo que “en la justicia civil
los delitos están tipificados de manera distinta a la justicia
eclesiástica. Por ejemplo, en la civil los actos de homosexualidad
no son penados. Y en la eclesiástica, sí”.
Según Medina existe un daño “
indiscutiblemente” a la Iglesia chilena. “Se produce porque hay
gente que tiene una fe poco madura o frágil, que se olvidan de que
la Iglesia está construida sobre personas”, agregó el cardenal en
una entrevista con revista Caras.
“Un cristiano bien formado sabe que
la fragilidad humana hace sus picardías. Han existido muchos Papas
santos, pero también otros no santos. Cuando un católico se portaba
mal y otro creyente decía entonces ya no soy más católico, mi
madre solía comentar, aunque no sea muy elegante: ¡Tendría la fe
pegada con moco!”.
Medina comentó que la pena
eclesiástica a Karadima “es bastante dura. Prohibir celebrar
sacramentos en público, tener contacto con su ex parroquia y estar
en un lugar quitado de bulla no me parece algo menor. Piense que sólo
existe una sanción peor: expulsarlo canónicamente del estado
sacerdotal. Pero es algo muy extremo y a la Santa Sede no le pareció
del caso”.
Finalmente, el cardenal estableció que
“el demonio donde puede se mete. Los sacerdotes no están exentos
de sus insidias. Hay una acción de Satanás por la falta de verdad”,
puntualizó.