La cruzada de la Iglesia por levantar su imagen pública
El primer dardo lo lanzó ayer en dos tuis el académico de comunicaciones de la Universidad Católica, Eduardo Arriagada, a través de su cuenta @earriagada. “Una pena que los obispos ahora viajando a Punta de Tralca, deberían ir al seminario pero piensan que ya saben” “...deberían estar oyendo esto como “alumnos”, aunque fuera desde sus Pcs, no como príncipes” señaló en alusión a la jornada inicial del 1er Seminario de Comunicación Institucional de la Iglesia.
El primer dardo
lo lanzó ayer en dos tuis el académico de comunicaciones de la Universidad
Católica, Eduardo Arriagada, a
través de su cuenta @earriagada. “Una
pena que los obispos ahora viajando a Punta
de Tralca, deberían ir al seminario pero piensan que ya saben”
“…deberían estar oyendo esto como “alumnos”, aunque fuera desde sus Pcs, no
como príncipes” señaló en alusión a la jornada inicial del 1er Seminario de
Comunicación Institucional de la Iglesia.
Las palabras
del académico aludían directamente al
juicio crítico que existe respecto al manejo comunicacional de la Iglesia tras
el escándalo por las investigaciones de abusos al ex párraco de la iglesia de El
Bosque, Fernando Karadima y por las sospechan que pesan sobre la ex superiora
de la congregación de Las Ursulinas, sor Paula Lagos.
El largo periodo
de silencio de la Iglesia frente a las denuncias; las duras críticas y acusaciones de
encubridor de los querellantes de
Karadima al cardenal Francisco Javier Errázuriz y el corolario de las
declaraciones del cardenal Jorge Medina a Revista Caras, diciendo que “un joven
de 17 años sabe lo que hace”, tiene a la
Iglesia chilena en su punto más bajo de aprobación ciudadana, aun cuando muchos
apostaron a que la llegada del monseñor Ricardo Ezzati al arzobispado de
Santiago contribuiría a mejorar la
situación debido a su alto perfil público.
Es en ese contexto que el Episcopado y la
Universidad Católica propiciaron el seminario que hoy culmina en el centro de
extensión de la UC y que trajo a Chile a a consultores internacionales como
Juan Manuel Mora, vicerrector de comunicación institucional de la Universidad
de Navarra; Diego Contreras, Decano de
la Facultad de Comunicación Institucional, Pontificia Università della
Santa Croce de Roma y Mercedes
Ezpeleta. CEO Blanco & White Media Consulting and Communication de Barcelona,
entre otros, que llegaron con el objetivo impuesto de “preparar a los
comunicadores de la Iglesia para enfrentar proactivamente las controversias
comunicacionales”.
Para su jornada
la Conferencia Episcopal y la UC también reclutaron expertos comunicacionales
locales, como Nicolás Vergara y Patricio Dussaillant, de Tres Consultores y incluso
en el cierre del seminario está contemplada la presencia del director del
Diario El Mercurio, Cristián Zegers.
La crisis pública por la que atraviesa la
Iglesia y los cuestionamientos a las destrezas comunicacionales demostradas en
estos meses será tema central también en el retiro que los obispos iniciaron ayer en Punta de Tralca. De hecho una fuente
al interior de la Conferencia Episcopal sostiene que varios de los invitados al
seminario viajarían durante la semana hasta ese lugar para abordar el asunto
con los obispos, particularmente con monseñor Ezzati, monseñor Cristián
Contreras y con el obispo de San Bernardo Juan Ignacio González, quienes
manejan el tema comunicacional al interior del Episcopado.
“De
los errores y de los aciertos queremos seguir aprendiendo las herramientas necesarias
para que el mensaje de salvación pueda llegar hasta los últimos, para que la
noticia de Jesucristo sea respuesta a la pregunta de tantos sobre el sentido de
sus vidas”, señalaba ayer monseñor Contreras en la presentación del seminario,
dando cuenta así del complejo momento que atraviesa la institución, que adicional
al descrédito por las denuncias, está en la mira frente a su decisión de cooperar
o no con la justicia civil.
Por el momento la estrategia está
concentrada en las permanentes vocerías del arzobispo de Santiago, monseñor
Ezzati, que insistentemente busca dar cuenta de la empatía de la Iglesia con
las víctimas, como lo hizo este domingo a través de la carta que se leyó en
todas las arquidiócesis, donde calificaba al abuso sexual, como “espantoso
pecado”. Sin embargo, ese mensaje ha sido intercalado con declaraciones en
defensa de los miembros de la iglesia cuestionados como el cardenal Errázuriz y
el obispo Andrés Arteaga, sindicados como encubridores de Karadima.
A juicio de Dussaillant, en general la Iglesia universal, bajo la conducción del
Papa Benedicto XVI, ha enfrentado bien
la crisis al buscar la transparencia, la
verdad y a los culpables. “En Chile yo creo que el tema ha sido más lento por
la falta de profesionalización en las comunicaciones. Esto provoca que se sobre
reaccione y se sub reaccione”, sostiene.
Aun más crítico es Eduardo Arriagada, quien sostiene
que los que tienen que entender la nueva
forma de tratar las relaciones con los mundos tanto mediales como sociales, son
los obispos. “En la práctica ellos son los que menos entienden. Creen que son
expertos en comunicaciones, y saben, pero de una manera que no es eficiente hoy
día y no conocen la nueva forma de hacer comunicaciones”, afirma.
De hecho, el académico de la UC cree que
los esfuerzos actuales no servirán particularmente para enfrentar el caso
Karadima. “La iglesia debió ponerse
desde el primer momento de parte de las víctimas y no empezar creyéndole más al
otro sacerdote respecto al laico… Ese error es el que se paga ahora”, cree.