La vida de lujo y escándalos del cuestionado asesor de Matte

Hasta el lunes 11, cuando la ministra de Vivienda, Magdalena Matte, pidió su renuncia en medio del escándalo del caso Kodama, el abogado Alvaro Baeza Guiñez (40) era reconocido como el más influyente asesor de la secretaria de Estado ligada a la UDI, muy por encima de figuras claves en el ministerio como el subsecretario Andrés Iacobelli o el coordinador del Plan de Reconstrucción, Pablo Allard.

Aún cuando el abogado, sólo mantenía un contrato a honorarios por media jornada –con una remuneración de 2 millones 500 mil pesos– una alta fuente afirma que ostentaba un “total poder de voz y de veto”. Prueba de ello, es que la ministra terminó concentrando en Baeza la definición de materias claves como la remodelación del borde costero en el proceso de reconstrucción, subsidios y políticas públicas.

Baeza conoce hace 20 años a la ministra, cuando cursaba los últimos años de Derecho en la Universidad de Chile y fichó como parte del equipo de la Papelera Dimar. A partir de entonces, también se hizo cercano al marido de Matte,  el senador UDI Hernán Larraín.

A su  llegada al ministerio fue ubicado en una oficina en el cuarto piso junto al gabinete de la ministra, a la que llegaba en horarios dispares, incluso pasadas las 20 horas. Sin embargo, eso no impidió  que se hiciera rápidamente de fama dentro del servicio por su nivel de influencia. “Entre los funcionarios de rango menor llegó a ser casi un mito, porque si bien no se le veía mucho, todos sabían que en él recaían las decisiones más importantes”, dice otra fuente de la cartera.

Caso Kodama

Ese alto poder de decisión en el Minvu es justamente lo que hoy tiene en  entredicho a Alvaro Baeza, pues a él se le atribuyen presiones para acelerar el acuerdo extrajudicial que alcanzó el Minvu con la constructora Kodama para el pago de los 17 mil millones de pesos por el supuesto sobreprecio del corredor del Transantiago en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.

La versión que hasta ahora ha dado el director jurídico del Serviu, Rafael Marambio es que Baeza lo presionó para responder en determinados términos a la demanda que el 15 de diciembre presentó Kodama. Según fuentes del ministerio, el abogado llamaba a Marambio desde Estados Unidos -donde participaba en una feria Mundial de Golf- para pedirle agilidad en la gestión y para recalcarle que “no debía alegar la prescripción de la acción”. Afirmación que el aludido niega tajantemente.

Después, el 25 de enero,  vino la firma de la ministra del Decreto respectivo que autorizaba el pago. Las condiciones del documento alarmaron a tal punto al subsecretario Andrés Iacobelli, al regreso de sus vacaciones, que se terminó por ordenar un sumario interno. Poco después vendría una investigación tanto de la Contraloría como del ministerio Público, que el martes pasado llegó al Serviu a incautar el PC de Baeza, quien debió prestar declaración ante el fiscal José Morales para explicar su participación en los hechos. Para mediados de esta semana, se espera el preinforme del órgano dirigido por Ramiro Mendoza en el que se cuestionarían cerca de $7.000 millones de la cifra pagada, según reveló ayer La Tercera.

Joven millonario

Desde que dejó su cargo como asesor de la ministra, a Baeza no se le ha vuelto ver por el ministerio. Optó por recluirse en su oficina del piso 13 de avenida Apoquindo 3001 y en su
propiedad del balneario de Santo Domingo.

Quienes han tenido oportunidad de visitar la segunda residencia del profesional aseguran que ésta es una muestra evidente del gusto que el profesional tiene por el lujo y
la ostentación.

Baeza no proviene de una familia particularmente adinerada, sin embargo, en las últimas dos décadas ha logrado amasar una considerable fortuna.
Según detalla un ex cliente, en su residencia de la V Región posee una medialuna, un helicóptero y un criadero de caballos, pues es también un
reconocido aficionado al rodeo, lo que se refleja en su oficina de Las Condes donde exhibe -entre otros- el Anuario del Rodeo y diversas publicaciones de crianza de caballos árabes. En el circuito de los criadores también se comenta con admiración el nivel de lujo que exhibe en su camión de transporte de equinos, que fue traído especialmente
desde el exterior.

El joven abogado posee además varios campos y tiene participación en “Pascualina”, el negocio de exportación de agendas que inició la diseñadora Paulina Monckeberg. Además, tiene una importadora de palos de golf, afición que en enero lo llevó a participar en la Feria Mundial de este deporte en Orlando.

“Yo estoy para grandes cosas”, es la frase que más recuerda una antigua clienta de Baeza, quien comenta también que al abogado le gusta recalcar que antes de cumplir los 30 años ya había acumulado sus primeros millones a través de un activo rol en causas de connotación nacional -como el pleito entre Telefónica del Sur y CTC, o, posteriormente, la representación de la familia del ex director general de Carabineros, Alejandro Bernales, tras su muerte- y, como dice su presentación en Baeza y Cía, también en fusiones, adquisiciones y normalizaciones corporativas y comerciales.

Caso Rocha

Una de esas causas de connotación nacional más polémica que le tocó protagonizar fue la representación en 2009 de Karla Rocha en la disputa legal por la herencia del empresario dueño de la Corporación Santo Tomás, Gerardo Rocha. Aún cuando el abogado había adquirido el 1.9% de las acciones que alguna vez tuvo en su poder el senador Hernán Larraín, se acercó  a la hija del fallecido para ofrecerle su apoyo y sus servicios ad honorem en la disputa que mantenía con su hermano por el control de la corporación.

Baeza y la heredera no se conocían previamente, pero el estilo afable y cercano del abogado lo convirtió rápidamente en un sostén emocional para la periodista, a quien -dice un cercano- solía insistirle en que tras la muerte de su padre entraría al “exclusivo círculo de los millonarios del Chile”, por tanto debía pensar con rapidez y astucia cuál sería el destino de su onerosa herencia. Sin embargo, la relación entre el profesional y su joven clienta estuvo lejos de terminar bien.

Según cuenta un cercano testigo de los hechos, ya avanzado el proceso, Baeza convenció a Rocha de firmar un traspaso del 5% de su herencia por concepto de honorarios, es
decir alrededor de 150 millones de pesos. La disputa terminó en tribunales.

Rocha contrató al abogado Julian López , del estudio Harasic y López, para que la representara, tras lo cual se llegó a un acuerdo que rebajó el pago a una cifra cercana a los 80 millones.

Una vez rotas las relaciones entre el abogado y su clienta, Baeza se acercó al ex marido de Rocha, Juan Andrés Muñoz, a quien ofreció sus servicios en la demanda que interpondría contra la heredera del imperio de Gerardo Rocha.

Tras el episodio, Karla Rocha conversó con el senador Larraín –antiguo amigo de su padre- quien lamentó su mala experiencia, aunque le aseguró que él tenía la mejor opinión del profesional. Consultado por estos hechos, el senador Larraín optó por no responder a El Dínamo.

El abogado tampoco quedó en buen pie con sus clientes cuando fue contratado para representar a la Asociación de Canteros de Colina, una vez que iniciaron una demanda contra  la inmobiliaria la Reserva, controlada por Empresas Harseim, cuando  ésta quiso llevar adelante un proyecto en esa zona.

El abogado logró un acuerdo a nombre de sus representados por 800 millones de pesos, pero al año siguiente, la Asociación, ahora representada por el abogado Hernán Montealegre,  interpuso acciones judiciales alegando que no recibieron nunca el dinero del acuerdo.

Consultado al respecto, Montealegre asegura que “el  señor Baeza trabajó durante seis meses a espaldas de la asamblea con La Reserva, y esto está acreditado en el expediente que se basa en varias declaraciones. La inmobiliaria, de acuerdo a la querella, lo recompensó con una suma de US$ 2 millones, lo que aparece en la escritura pública”. En razón de estos hechos, el abogado pedirá esta semana la formalización de Baeza.

Consultado por El Dínamo, el ex asesor de la ministra de Vivienda declinó referirse a estos hechos, al igual que su hermano y socio, Carlos Baeza.