5 picadas de pizzas para no comer pan
Ayer nos enteramos que nuestra querida marraqueta (o pan francés o pan batido como le decíamos en Concón) iba a subir más de $300 por kilo. Lo raro es que esto no lo decidía nuestro panadero del barrio, sino que lo anunciaba la Federación de Panaderos de Chile. Listoco, así todos los panaderos del país se ponían rápido de acuerdo en subir el precio al mismo tiempo.
Ayer
nos enteramos que nuestra querida marraqueta (o pan francés o pan
batido como le decíamos en Concón) iba a subir más de $300 por
kilo. Lo raro es que esto no lo decidía
nuestro panadero del barrio, sino que lo anunciaba la Federación de
Panaderos de Chile. Listoco, así todos
los panaderos del país se ponían rápido de acuerdo en subir el
precio al mismo tiempo.
Ojalá
Don Alberto -el panadero de la esquina de mi casa- no escuche o sino
obligado a tomar desayuno con pizzas,
que son más caras, pero al costo del pan, las prefiero… me dejan
pochito hasta el almuerzo y me dan la suficiente grasa como para
aguantar el frio. Además es tiempo para
innovar: inventaré una nueva pizza “tostada con palta y mozarella”
La
verdad desde enano soy adicto a las pizzerías (unos pasos después
de la carne, ¡Obvio!). Me emocioné
cuando llegaron las primeras pizzas hut (en qué asco se han
transformado) y nos regalaban las tortugas ninja; encontré que el
mejor invento –después de las prietas- eran los bordes rellenos de
queso y subí unos 15 kilos en la
universidad a puras pizzas cuadradas que vendían bajo mi edificio
(poco alcanzaba para la carne en esa
época).
Pero
como todo sibarita, mis gustos se han sofisticado y me he dedicado a
comer pizzas a la piedra. Del sublime
gusto universitario por la pizza que te dejaba las manos con más
aceite que colocador de bronceador playero–la segunda mejor pega
del mundo, después que la de animador de topless- evolucioné a la
delicadeza y delgadez exquisita de una pizza bien hecha.
Es
cierto que suena un poco snob –en realidad lo es- pero pasados los
30 años y con una nutrióloga que se cree mi mamá, es lo mínimo
que se puede esperar de un adulto joven
como yo. Y para que vean en lo que me transformé les dejo mis 5
datos de pizzas en Santiago:
1.-
Pizzas de Ciudadano (Seminario
400, Providencia): La primera en mi
ranking, sublime. El Ciudadano nació
como pizzería y derivo en el restaurant que hoy día vemos.
Las pizzas acá son nobles y dignas para un aperitivo para tres
personas. O una buena elección individual. Pruebe
la “ciudadano” o la que viene con queso azul. Si le queda hueco,
abandone Italia y cierre con unas mollejas.
Y llegue temprano, el local está de moda.
2.-
Pizzeria Los Maestros (Guardia
Vieja 450, Providencia). Acá la lleva
el estilo argentino, se hacen a la
piedra. Es como estar en un boliche en Buenos Aires y reconocer que
tienen mejor gastronomía que nosotros –claro, si a principios del
siglo pasado les llegaron varios millones e italianos comilones.
Pruebe la calabrese o la roquefort, y si va con hambre, una empanada
de entrada. Llevan poco tiempo y ya son un hit.
3.-
Restaurant Golfo di Napoli
(Irarrázaval 2423.- Ñuñoa). Ya lo recomendé
como picada de comida italiana, pero para las pizzas son mortales.
No las pida como aperitivo, son monstruosas. Mejor precio calidad de
Santiago, al estilo italiano delgadas al centro anchas en los
bordes. Muy generosas en el relleno.
4.- Wallo’s Pizza
(Simón Bolívar 3761). ¿Han visto algo más raro que
pizzas brasileras?… Aquí las pueden probar y descubrir que son
más que buenas. Es raro, pero parece que Sao Paulo es una de
las ciudades con más italianos del mundo, y uno de esos
descendientes se vino para acá. Acá se hacen con crema en vez
de salsa (estilo catupiri). Pruebe la milho mixta.
5.- Pizzeria Roma
(Larraín 6097). Pizzas cuadradas, de relleno abundante.
Pequeña y tradicional pizzería de barrio. 30 tipos de pizzas en
tres diferentes masas con combinaciones capaces de satisfacer el
paladar local. Para guatas de acero.
Otros
datos más de bonus track
–
Pizzas Amadeus (Bustamante
50)
Pruebe la florenciana
–
Restaurant Dadino (Apoquindo
4248) Gruesas, pero buenas
–
Pizzeria Voraz (Providencia
con Manuel Montt), parecen para
después de carrete, pero compiten con las mejores.
–
La Pizarra (Príncipe
de Gales 6519) Parecidas a las del
Tiramisu.
– Y
las clásicas del Rivoli
(Nueva de lyon)
y las del insuperable Tiramisu (Isidora
3141)
Sebastián Iglesias Sichel, abogado, 33 años, padre de Pedro. Ex muchas cosas. Casi casi otras tantas. Vinculado a la política por vocación, a los asados para ver a los amigos y a la música para acompañar la vida. A veces medio obseso, otras tantas emprendedor. Mis obsesiones del momento: renovar la política y hacernos cargo de la modernidad. Tratando de que nos renovemos hasta nosotros mismos y que nos hagamos corresponsables de nuestro futuro. |