Conozca cómo opera el millonario “sobresueldo” de la banca
Cerca de US$ 200 millones se embolsa al año gracias a poco transparentes comisiones por créditos hipotecarios. La SVS se ha propuesto ponerle fin a uno de los secretos mejor guardados del sector.
Quien haya comprado una casa con crédito hipotecario en algún banco de la plaza, probablemente no sepa que al contratar con la misma entidad los seguros de incendio y de desgravamen (ambos obligatorios), de cada 150 pesos que paga por la póliza total, sólo 100 cubren en realidad el seguro.
Los 50 pesos restantes, es decir el tercio del valor de la prima bruta, se los reparte el banco con la corredora de seguros de su propiedad, en contundentes comisiones que el usuario nunca conoció.
Probablemente tampoco sepa que, si se aprueba un proyecto de ley que está en el Congreso y que corrige por primera vez esta situación, esas comisiones prácticamente desaparecerían, lo que podría traducirse en un ahorro directo y nada despreciable para el deudor.
Una simulación realizada por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS),organismo que desde el año pasado viene trabajando en esta iniciativa, da cuenta de que en un préstamo por 2.000 UF, equivalente al 75% del valor de una vivienda, este ahorro podría llegar a $1.700.000.
Esta situación la conocieron bien los gobiernos de la Concertación, sus respectivos ministros de Hacienda y de Economía, las superintendencias de Valores y Seguros, y de Bancos e Instituciones Financieras. Y, por cierto, varios actores del mundo político y empresarial.
Pero todos hicieron vista gorda, pese a los insistentes llamados del Sernac y de organismos gremiales como la Asociación de Aseguradores de Chile a intervenir en estas prácticas, que están fuera de toda lógica de mercado, pero que al ser amparadas por la ley, no configuran una irregularidad en términos estrictos. “Algunos serán más suspicaces y pensarán que la indulgencia de las autoridades tuvo que ver con el fuerte lobby que puede haber ejercido sobre ellas históricamente la banca, pero me parece que eso es una especulación. Lo podrán mirar con buena o mala fe. Lo cierto es que la SBIF sabía que se vendían a los clientes bancarios seguros por un valor superior al real y que el resto quedaba en los bancos”, dice Alejandro Ferreiro,quien fue Superintendente de Valores y Seguros entre 2003 y 2006.
La banca chilena ha obtenido de manera sostenida altas utilidades que la ubican comouna de las más rentables del mundo. Sin embargo, hay evidencias de que el secreto de este éxito en buena medida se explica por prácticas poco transparentes, como por ejemplo las millonarias comisiones que obtiene al comercializar seguros ligados a créditos hipotecarios, y que según los cálculos de la SVS suman en 2009 US$ 138 millones (US$ 71 millones por venta de seguros de incendio y terremotos, y US$ 61 millones por venta de seguros de desgravamen).
Eso es al menos lo que la SVS ha podido fiscalizar de acuerdo con la información pública disponible, pero en el mercado de los seguros ese cálculo sobrepasa incluso los US$ 200 millones. La razón está en que varios bancos están vinculados por relaciones de propiedad a compañías de seguros, donde queda el resto de estas utilidades.
Los bancos han mantenido ocultas esas comisiones bajo su alambicado metalenguaje, por lo menos desde 1998. Ese año la ley los autorizó a participar en el corretaje de seguros, es decir, a comercializar pólizas en sus sucursales, a través de sus filiales de corretaje, lo que a poco andar se transformó en un negocio redondo para el sector. Esto se ha reflejado en las ganancias de los bancos donde, en promedio, los seguros aportan no menos del 5%.
Fue al Superintendente de Valores y Seguros, Fernando Coloma, a quien le correspondió destapar este secreto a voces, cuando se sumergió en la revisión de las pólizas después del terremoto, y constató que en los seguros de incendio, sismo y desgravamen, las comisiones de los bancos equivalían en promedio al 50% del costo neto de las primas.
Coloma, economista de la Universidad Católica y coordinador de la comisión de Empleo en los Grupos Tantauco (que asesoraron a Piñera en la campaña presidencial), diseñó un mecanismo que obligará a los bancos a licitar públicamente la contratación de seguros para sus carteras hipotecarias, lo que acabará con los ingresos extraordinarios que obtienen por comisiones. La banca todavía no se sacude del golpe.
Lo que destapó el terremoto
Cuando una persona toma un crédito hipotecario, le entrega al banco un mandato para que en su nombre le contrate un seguro de desgravamen y otro de incendio, que son pagados por el deudor, en cuotas, junto con los dividendos del préstamo.
De este modo, el cliente accede a precios supuestamente inmejorables, porque los bancos, al negociar pólizas con las aseguradoras no sólo para una persona, sino para carteras de 100 mil o 200 mil clientes hipotecarios, obtiene, efectivamente, precios bajísimos, por el volumen de pólizas que está en juego.
El problema es que el banco negocia con las aseguradoras en licitaciones privadas, si es que las hace. Y en ese espacio íntimo de negociación, cabe de todo.
Cabe, por ejemplo, que el banco le pida a la aseguradora que fije un precio por la prima, pero que a ese valor le recargue una comisión para el banco y otra para el corredor que gestiona el seguro, que usualmente es de su propiedad.
“Si, por ejemplo, la compañía de seguros establece un precio de 100 para el seguro, el banco le exige agregar comisiones de 30% para la entidad crediticia y de 20% para la corredora, lo que sube el precio a 150. Estos números son totalmente desorbitados y están fuera de toda lógica”, dice Coloma. “No estoy diciendo que el costo del seguro tenga que ser 100, porque efectivamente hay un trabajo de intermediación -alguien tiene que atender al cliente. Pero quedará en 110; no en 150. Eso es nada menos agregar un 50% del valor neto y en algunos casos más”, agrega.
“En el fondo, el banco cobra por su posición dominante, por ser punto de contacto entre la compañía de seguros y el cliente. Porque los seguros no se venden solos. La gente no los entiende, no son un producto con sex appeal, y es el banco el que los acerca a su cartera de clientes. Eso “vale” y la banca lo ha cobrado de un modo que no ha sido todo lo transparente que debió ser. Esta aprovecha su poder de distribución para quedarse con una buena parte”, dice el ex superintendente de Valores y Seguros y ex ministro de Economía, Alejandro Ferreiro. “El banco sabe que puede aprovecharse”.
El atajo que tendrán los bancos
Aunque la propuesta de la SVS de obligar a los bancos a licitar públicamente la contratación de seguros hipotecarios sufrió un traspié la primera semana de mayo en la Cámara, luego que no contara con los votos suficientes para seguir su tramitación debido a que algunos puntos tendrán que ser redactados nuevamente, el proyecto cuenta con apoyos transversales y sus alcances han sido alabados por todos, excepto, claro está, por la banca.
Al obligar a las entidades crediticias a licitar públicamente y ante notario sus carteras de clientes hipotecarios, éstas se verán obligadas a traspasar al asegurado sólo el costo efectivo de la póliza, y a desprenderse de ingresos extra a los que han estado acostumbradas por más de una década. Para el cliente, este atajo representa un logro más que relevante, considerando que actualmente casi un 10% del costo total del crédito hipotecario se va en pago de primas y comisiones.
En términos más o menos sencillos, según el mecanismo diseñado por la SVS, la licitación la ganarán la compañía de seguros y la corredora que, en conjunto, ofrezcan el mejor precio, “lo que servirá para ponerle un valor competitivo, de mercado, al servicio de corretaje”, dice el superintendente.
“La licitación tendrá un gran efecto al permitirles a todas las compañías entrar al canal que ofrece un banco. Ello obligará a sincerar por fin el valor de la prima. Esto va a significar que el banco no va a poder cobrar el uso del canal, y ese menor cobro va a terminar beneficiando al cliente”, dice Ferreiro.