Obispo Infanti: “Esta estructura de poder es exactamente igual a la de la dictadura”
"Los planteamientos que están haciendo los estudiantes son los más lúcidos que ha habido desde el retorno a la democracia", afirma el titular de Aysén. Al tiempo que admite la necesidad de reglamentar a través de un "vínculo jurídico" las relaciones homosexuales. ¿Y sobre HidroAysén? "Estoy convencido que esas represas no se van a hacer".
Ya ha pasado casi un año, pero el obispo de Aysén, Luis Infanti, sigue esperando la llamada de Sebastián Piñera para que lo confirme como ministro de Energía. Puede sonar extraño, pero según el sacerdote, esa fue la propuesta que el Mandatario le hizo el 17 de agosto de 2010 mientras, en una breve reunión en la gobernación de Coyhaique, hablaban sobre HidroAysén.
“Yo le entregué una copia de la intervención que hice en la asamblea de socios de Enel (la mayor empresa italiana del sector energético y controladora de Endesa) en Roma y pensé que sería importante que el Presidente supiera la postura que teníamos, no como iglesia de Aysén, sino como organizaciones de la región. En ese momento no leyó el discurso, pero manifestó una actitud irónica frente a lo que planteaba, llegando a decirme ¿Qué le parece si lo nombro ministro de Energía y al ministro de Energía obispo de Aysén? Entonces yo le dije: acepto inmediatamente”, dice entre risas, recordando su severa oposición al megaproyecto hidroeléctrico .
Sin embargo, más allá de la anécdota, su postura frente a las autoridades es bastante crítica. De hecho, sentado en uno de los comedores de la parroquia de Santa Teresita de la comuna de Independencia afirma que el “Estado como está planteado ahora, tiene un autoritarismo exagerado desde el Presidente de la República, que tiene poderes poco menos monárquicos que al final favorecen a ciertos grupos de poder”.
¿Ese tema se ha acentuado durante la administración Piñera, en particular?
Yo siento que esto no es sólo un tema de gobierno, sino de Estado, porque este sistema ha sido creado, favorecido y ampliado también en los gobiernos anteriores. Lo que quiere decir que estamos en un régimen dictatorial, aunque tenga el nombre de democracia. O sea, tú puedes escuchar todo lo que quieras, pero si no implementas lo que escuchas o lo que se te propone, sigue el modelo con la exclusión social igual que siempre.
¿Cree que en este gobierno hay más conflictos de interés que en los de la Concertación?
Son las mismas situaciones. Nadie puede negar que en los gobiernos anteriores también se cometieron barbaridades en relación a temas como el estudiantil. No es que ahora sea el problema. El tema medioambiental, por ejemplo, igual se pasó a llevar en gobiernos anteriores como en Ralco, donde no se respetó la ley indígena. Entonces, son los mismos cuestionamientos que vengo haciendo desde hace años, porque esta estructura de poder es exactamente igual a la de la dictadura.
¿Ve alguna manera de superar esta situación?
La única solución es la reacción de la población. Por eso es que al movimiento estudiantil lo veo como muy lúcido. En mi carta pastoral hablo de una estructura de poder político, económico y judicial que está planteado de tal manera que es imposible romperlo, que sea penetrado. Y la única alternativa es la reacción de la gente… ojalá pacífica.
¿O sea que valora las manifestaciones de los estudiantes?
Personalmente las encuentro muy novedosas. Diría que los planteamientos que están haciendo escencialmente son los más lúcidos que ha habido desde el retorno a la democracia. En el sentido que no son sólo a la calidad de la educación, sino que a un sistema social, político y económico que lleva como consecuencia una educación como la que tenemos. Pero si bien la educación es una arista, hay problemas en salud, transporte, los bienes naturales y todo el quehacer social que refleja una postura y un modelo económico discriminador.
Y dentro de todos los movimientos, ¿qué le parece la marcha que hubo por el fin de la discriminación y la igualdad de matrimonio entre personas del mismo sexo?
Es un tema que entra en lo valórico. Yo creo que en una sociedad sana y democrática hay que discutirlo seriamente. Me parece muy extraña la situación de estos años en Chile donde de repente sale el tema de los homosexuales un par de días, gran bombo en todos los medios de comunicación, impacto nacional, pero pasan un par de días y muere el tema. Entonces uno dice, bueno y a qué lleva todo esto.
¿Estaría de acuerdo con el matrimonio homosexual?
No, pero eso no quiere decir que no se pueda discutir. Yo creo que si se dan situaciones así es bueno reflexionarlo con los principios y valores que uno tiene y que no sea la opinión de un grupito. Pero es un tema delicado porque tiene que ver con afectos, entonces, no siempre los afectos se pueden reglamentar jurídicamente. Sin embargo, si estas situaciones plantean problemáticas sociales tiene que haber una reglamentación, sobre todo en torno a los bienes. Si bien no estoy de acuerdo con que se pueda llamar matrimonio como tal existe la necesidad de establecer algún vínculo jurídico.
“Las represas no se van a hacer”
Hace unos días, Infanti estuvo en Rio de Janeiro, donde expuso su experiencia en un seminario internacional. “La invitación era por el movimiento de los afectados por las represas de Brasil y el tema era el agua en tiempos de neoliberalismo. Yo expuse la exitosa experiencia que se ha vivido en la Patagonia”, comenta el prelado.
De acuerdo a todo lo que ha ocurrido, ¿qué cree que va a pasar con HidroAysén?
Según el cronograma original de la empresa el proyecto ya debería estar funcionando y no lo están haciendo todavía, lo que significa que hay un retraso importante en el inicio de las obras. Eso quiere decir que las protestas son significativas y mientras más pase el tiempo el rechazo va a ser de tal magnitud que estoy convencido que esas represas en Aysén no se van a hacer.
¿Entonces cree que se le va a doblar la mano a la empresa?
Por lo menos ese es mi convencimiento. Sobre todo, considerando que el cuestionamiento no es sólo al proyecto, sino que a lo significa para el país, porque hay otras alternativas más viables y económicas que serán posibles de realizar cuando haya una política energética de Estado.
Pero eso no existe…
Cuando hablé con el ex gerente de HidroAysén, me dijo, padre usted está equivocado, el Estado tiene una política energética ¿Cuál? Le dije yo: que no tiene. O sea, no tenerla ya es una política. Y efectivamente lo es, porque el Estado se desliga de sus responsabilidades y entrega el proyecto al mejor postor.