Exfoliación y mascarillas para la cara
La exfoliación de la piel del rostro y del resto del cuerpo es una rutina de belleza esencial para darle luminosidad a la piel y acabar con el tono apagado.
La exfoliación y las mascarillas son un trucos de belleza y un tratamiento básico que les aconsejamos que incluyas en tus cuidados habituales. La exfoliación de la piel del rostro (así como del resto del cuerpo) es una rutina de belleza esencial para darle luminosidad a la piel y acabar con el tono apagado.
Y además ayuda a mejorar muchos problemas de la piel como las arruguitas, el exceso de grasa, las líneas de expresión, las impurezas, el acné, arrugas, manchas, etc…
Las cremas o geles exfoliantes ya sean caseros o de la tienda ayudan a eliminar impurezas, alisan la textura de la piel y favorecen el aspecto luminoso, incluso en las pieles más apagadas.
Lo ideal es aplicar un exfoliantes sobre la piel húmeda, totalmente limpia, evitando siempre el contorno de los ojos, ya que esta zona es muy delicada y masajear suavemente cada zona durante 1 minuto, haciendo círculos pequeños. El exfoliante se retira con abundante agua y si lo necesitas con ayuda de unas esponjas.
Si tienes la piel grasa o con imperfecciones, la exfoliación es una gran ayuda para tu piel ya que ayuda a desincrustar y purificar la piel en profundidad. Así que en cualquier caso, elige exfoliantes adecuados para tu piel, es decir, seca, normal o grasa.
Tras una exfoliación, que debe hacerse al menos 1 vez a la semana, debes aplicarte una mascarilla adaptada a tu tipo de piel, durante unos minutos, generalmente entre 5 y 10 minutos. ¡Las mascarillas faciales hacen maravillas!
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