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16 de Agosto de 2011

La columna del multimillonario Warren Buffett que los empresarios chilenos no quieren leer

A través del prestigioso diario The New York Times, el renombrado filántropo cuestionó los bajos porcentajes que se le gravan a los ingresos de los más pudientes, mientras la clase media debe enfrentar tasas comparativamente altísimas.

Por Redacción
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Mientras en Chile se discute si realizar o no una reforma tributaria para financiar una salida para el conflicto educacional, en Estados Unidos se encuentran luchando frente a una fuerte crisis económica. En este contexto es que el multimillonario Warren Buffett, director ejecutivo de la aseguradora Berkshire Hathaway, escribió una columna para The New York Times llamada “Dejen de mimar a los ricos”, donde justamente se refiere a cómo debiera cambiarse el sistema tributario para alivianarle la carga a la clase media.

Revisa la columna a continuación:

“Nuestros líderes han pedido un “sacrificio compartido”. Pero cuando lo pidieron, a mí no me tocaron. Es más, le pregunté a mis amigos mega millonarios para enterarme del dolor por el que debían estar pasando. Ellos tampoco fueron tocados”.

“Mientras las clases baja y media pelean por nosotros en Afganistán, y mientras la mayoría de los estadounidenses lucha por llegar al final, nosotros, los mega ricos, seguimos experimentando un descanso tributario. Algunos de nosotros somos administradores de inversiones que ganamos billones de nuestras labores diarias, pero se nos permite clasificar nuestro ingreso como “intereses devengados”, por lo que nuestra tasa de impuesto llega al 15%. Por otra parte, el stock de acciones de otras personas, a futuro por sólo 10 minutos, sólo resultan gravadas un 15% al 60% de su ganancia, así como si hubieran sido inversionistas a largo plazo”.

Estas y otras bendiciones nos llueven desde los legisladores en Washington, que se sienten comprometidos a protegernos, como si fuéramos especies en peligro de extinción. Es bueno tener amigos en los lugares indicados”.

Lo que pagué el año pasado en impuestos -por mí o en nombre mío- fueron 6 millones 938 mil 744 dólares. Suena como si fuera mucho dinero. Pero lo que pagué sólo corresponde a un 17,4% de los ingresos que me pueden gravar -y eso es un porcentaje menor al que pagó cualquiera de las otras 20 personas en nuestra oficina. Sus cargas tributarias rondan entre un 33 a un 41%, por lo que promedian un 36%”.

Si haces dinero con el dinero, como lo hacen algunos de mis amigos súper millonarios, tu porcentaje puede incluso ser inferior al mío. Pero si ganas dinero trabajando, tu porcentaje seguramente excederá el mío -probablemente por mucho”.

Para entender por qué ocurre esto, necesitas examinar las fuentes de ingreso de nuestro gobierno. El año pasado, aproximadamente un 80% de estas ganancias vinieron de los impuestos a personas naturales y a la nómina de los salarios. Los mega ricos pagan por sus ingresos impuestos a una tasa del 15% en la mayoría de sus ganancias, pero pagan prácticamente nada en los impuestos a la nómina de salarios. La historia es distinta para la clase media. Comúnmente, ellos caen en la categoría de los que pagan entre el 15 y el 25% por sus ingresos, pero después les cobran unos tremendos impuestos a la nómina de salarios”.

“Allá en los ’80s y en los ’90s, las tasas para los ricos eran mucho más altas, y el porcentaje que se me gravaba era casi la mitad. De acuerdo a una teoría a la que de repente le presto atención, debería haberme negado a invertir a causa de las altas tasas en ganancias capitales y dividendos”.

“No me negué, tampoco otros. He trabajado con inversionistas por 60 años y aún me queda por ver a alguien -ni siquiera cuando las tasas de ganancia de capital estaban al 39,9% en 1976-’77- que se acobarde frente a una inversión relativamente sensible, a raíz del impuesto en la ganancia potencial. La gente invierte para hacer dinero, y los impuestos potenciales nunca los han asustado. Y para los que discuten que las tasas más altas dañan la creación de trabajos, me gustaría hacerles notar que un conjunto de casi 40 millones de trabajos se añadieron entre 1980 y el 2000. Ustedes saben lo que ha ocurrido desde entonces: tasas más bajas e incluso menos cantidad de trabajos creados”.

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