Tim Cook, la sombra de Jobs que dirigirá Apple
La apuesta por el nuevo director ejecutivo de la compañía no es tan descabellada. Incluso, ya había estado "en período de evaluación" durante la enfermedad de Jobs.
Apple se ajustó al plan de sucesión. Y apostó por alguien de dentro de la casa y que conoce Wall Street. Tras ser recomendado en firme por el propio Steve Jobs, el directorio de la firma tecnológica de Cupertino bendijo a Tim Cook como su nuevo consejero delegado. Fue él quien llevó realmente las riendas de la compañía durante las dos últimas bajas médicas de Jobs.
Cook, de 50 años, ocupaba oficialmente el puesto de director de operaciones globales de la corporación. Suele ser, de hecho, la antesala del máximo puesto ejecutivo de una compañía porque desde ahí se tiene una visión completa del día a día del negocio. Este experto en logística, una cualidad clave para una compañía de tal dimensión, era la mano derecha de Jobs.
Básicamente era el ejecutor de las ideas que pasaban por la cabeza creativa y perfeccionista del cofundador de Apple, el que convertía en realidad los productos y buscaba que se fabricaran de la manera más rentable posible. Esa es la imagen que tienen en el universo de Silicon Valley y se le reconoce como tal.
El nuevo consejero delegado de Apple aterrizó en Cupertino hace 13 años, aunque tiene una experiencia de más de tres décadas en el negocio. Llegó del fabricante de ordenadores Compaq, compañía que fue adquirida por HP -que ahora se plantea escindir la división de ordenadores personales-. Se pondría al frente de la cocina en 2007, tres años después de la primera baja de Jobs.
La enfermedad de Jobs le consolidó como líder. Wall Street lo tenía como el favorito a la sucesión, porque veía difícil que Apple se decantara por alguien externo. Pero había alternativas dentro que podían hacerle sombra, como la de Ron Johnson, creador de las tiendas Apple. Camino que se despejó cuando anunció que se iba a dirigir la cadena JC Penny.
Lo cierto es que Cook estaba más al control de Apple desde los últimos casi tres años de lo que en realidad podía parecer, aunque fue Jobs el que tuviera la última palabra en las decisiones estratégicas clave. Era quien daba la cara en las conferencias trimestrales con los analistas, tras presentar los resultados. Y el éxito de Apple se debe también a su equipo.